Ruedas pelig.rosas

Tarjetas de aparcamiento: mil euros en el mercado negro

La tarjeta de aparcamiento para PRM debe estar en lugar visible en el parabrisas del vehículo estacionado
La tarjeta de aparcamiento para PRM debe estar en lugar visible en el parabrisas del vehículo estacionadolarazon

Para que las personas con discapacidad física en sus extremidades inferiores puedan normalizar su vida con equidad los ayuntamientos conceden de forma totalmente gratuita una tarjeta homologada a nivel europeo que les permite estacionar con su vehículo, sean los propios conductores o no, en la multitud de aparcamientos reservados para las personas con movilidad reducida (PRM) que hay en todos los lugares públicos o privados o por las numerosas calles de ciudades y pueblos.

Y también hasta aquí llega la trampa, el robo, el mercadeo, el negocio ilegal, la cara dura, el tráfico en el mercado negro y, cómo no, la corrupción. Esta semana me quedé sorprendida cuando brujuleando un poco por internet y por las redes sociales descubrí algún anuncio de venta de estas tarjetas hasta por mil euros. El vendedor no tuvo reparo alguno en poner hasta su propio teléfono en la red para "facilitar"el contacto y el intercambio.

La existencia de este mercado negro, que está al alza, está animando a los delincuentes, que no tienen reparo alguno en reventar parabrisas de los coches para robar la tarjeta y mercadear con ella. Las autoridades competentes deben tomar cartas en el asunto y frenar este "negocio"antes de que vaya a mayores. El simple hecho de que las tarjetas sean personales e intransferibles no es garantía de que siempre se haga un buen uso de ellas. No sólo el que la roba o el que la compra lo están haciendo mal, también el propietario que la pone en el mercado, que también lo hay, o quien la fotocopia para familiares o amigos.

En pleno siglo XXI sería necesario articular algún sistema vinculado a la matrícula que permitiese aparcar en estas zonas sin necesidad de portar una tarjeta en lugar visible del vehículo, que por otra parte casi entra en colisión con la Ley de Protección de Datos, ya que a nadie se le puede obligar a poner sus datos a la vista de todos en el coche. Por este motivo toda referencia al dueño de la tarjeta va en el reverso y no es posible, cuando el vehículo está estacionado realizar control alguno sobre la propiedad de la tarjeta, ni siquiera de si es falsa o una simple fotocopia.

Aunque la principal actuación de autocontrol la debe realizar el propio colectivo afectado haciendo un buen uso de un sistema pensado exclusivamente para aminorar las dificultades de movilidad de las PRM y dejar de querer sacar provecho o lucrarse con algo que, aunque le corresponde en equidad, es un servicio que recibe de la sociedad en la que vive.

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