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La libertad de prensa, bajo una constante amenaza

Manifestantes piden que dejen en libertad al corresponsal turco del diario alemán Die Welt, Deniz Yücel
Manifestantes piden que dejen en libertad al corresponsal turco del diario alemán Die Welt, Deniz Yücellarazon

Por Ana Rubio Jordán

La libertad de prensa nunca ha estado tan amenazada como hasta ahora. La organización de derechos humanos con sede en Estados Unidos Freedom House alerta en su último informe que la libertad de prensa en el mundo está en su peor nivel en 13 años.

El estudio arroja preocupantes cifras: de los cerca de 200 países analizados el pasado año, únicamente el 13% de la población mundial disfruta de una prensa libre. Es decir, aquella donde la seguridad de los periodistas está garantizada y donde la cobertura de noticias es sólida, sin que la prensa esté sujeta a presiones políticas o económicas.

El informe señala cómo los derechos de la prensa se ven erosionados por los esfuerzos de políticos en países democráticos por influir en la cobertura de las informaciones y deslegitimar a los medios de comunicación. Este ataque a la credibilidad de los medios supone un rechazo al tradicional papel de vigilancia de la prensa en las sociedades libres.

Dos días antes de ganar las elecciones, Donald Trump aseguró en un mitin que la prensa mentía. El público gritó eufórico y se volvió hacia la tribuna de prensa para insultar a los periodistas. Pasados los cien días de su mandato, el presidente sigue declarando su particular guerra a los medios de comunicación. De hecho, el concepto de “noticia falsa” lo ha tergiversado, de tal modo que considera falsa toda información que suponga una crítica hacia él.

El efecto Trump trae dos consecuencias: por un lado, consigue erosionar la credibilidad de la prensa en la opinión pública; y por otro, la libertad de prensa en Estados Unidos se ve mermada, según explica en su estudio Freedom House. El pasado año dicha organización rebajó en dos puntos la nota que concede a la primera potencia mundial y la situó en su nivel más bajo en más de una década.

Junto a los discursos de Trump a la llegada a la Casa Blanca se ha unido la campaña del Brexit en Reino Unido, donde también han proliferado los mensajes contaminantes hacia la prensa, tal y como informó con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa la organización Reporteros Sin Fronteras. En la clasificación mundial que elabora establece la posición de 180 países en cuanto a independencia de los medios. En primer posición, Noruega- que desplaza a Finlandia- y, en última, Corea del Norte. España se sitúa en el puesto 29, si bien la RSF alerta de que la ley mordaza “obstaculiza legalmente el derecho de los periodistas a recabar y difundir información”. Además, los periodistas son objeto de acoso, presiones y amenazas por parte de algunos partidos políticos, tal y como denuncia la Asociación de la Prensa de Madrid.

Pero el caso más preocupante para Reporteros Sin Fronteras es Turquía. Tras el intento del golpe de Estado del pasado año, las autoridades ordenaron el cierre de más de cien medios de comunicación. El estado de emergencia permitió que se pudiesen retirar los carnés de prensa a los profesionales de la información, impidiéndoles de este modo realizar su trabajo. Además, el país acaba de bloquear el acceso a Wikipedia. RSF afirma que Turquía ha dado un vuelco y ahora se ubica al lado de los

regímenes autoritarios.

La censura, la propaganda política y las falsas noticias o rumores eran técnicas propias de los regímenes autoritarios y, sin embargo, ahora prenden en las sociedades democráticas. Si a esto añadimos la crisis de la prensa en los últimos años producida por la revolución tecnológica, a los periodistas del presente no les queda otro remedio que realizar su trabajo con menos recursos y en medio de un ambiente político tanto internacional como nacional que parece querer amenazar de forma constante a la libertad de prensa.

Nunca en nuestra historia ha habido tantos medios de comunicación ni tantas formas de comunicarse. Y, sin embargo, son demasiados los países y millones de personas los que no tienen a su alcance la información libre necesaria para garantizar sus derechos. Lo impiden, entre otras cosas, los conflictos bélicos y los regímenes autoritarios que no admiten la más mínima crítica ni más información que la adhesión.

También sucede que en donde sí puede hablarse de libertad de prensa la última tendencia es endurecer las condiciones con leyes restrictivas con la excusa del terrorismo yihadista. Es en estos momentos cuando una prensa independiente y fuerte se hace más necesaria que nunca. Por encima de discusiones acerca de la importancia del papel frente a lo digital o viceversa, debe primar un periodismo cuyo foco se centre en atender las necesidades de los ciudadanos y no de los partidos políticos o los intereses empresariales.