LA RAZÓN

RTVE en la telaraña de la Estructura de la Comunicación

RTVE en la telaraña de la Estructura de la Comunicación
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Por Víctor Núñez.

De nuevo los medios de comunicación públicos en el centro de la discordia. Cambio de gobierno y cambio de presentadores, directivos y de programación. Más allá de juzgar si son mejores estos o aquellos, me gustaría centrarme, no en lo contingente, sino en lo estructural. Es decir, en el contexto y circunstancias que explican un hecho. En lo que se esconde tras lo aparente y solo se puede explicar desde un enfoque estructural. Y es ahí donde entra en juego la Estructura de la Comunicación, una de las asignaturas que imparto como profesor de periodismo desde hace años, y a la que considero fundamental, porque, sin menoscabo de otras disciplinas, considero que es la que más importancia tiene a la hora de explicar desde una visión poliédrica, u holística como dirían los cursis modernos, cómo funciona el sistema de medios y qué se oculta tras él.

Dice el profesor Ramón Reig, referencia indiscutible en el mundo de la Estructura de la Comunicación, que el estudio de esta materia significa adentrarse en “los entresijos, las tripas, las entre-bambalinas del Periodismo y la Comunicación en general” (2015:79). Explicar los medios desde una perspectiva meramente económica, periodística, política o social carece de sentidos si no entendemos que todas las partes forman un todo. Y es, por tanto, desde esta perspectiva estructural desde la cual debemos analizar lo que ocurre en el ente público español. Entender cómo la estructura política hace imposible el más mínimo atisbo de consenso en el modelo que deben seguir los medios públicos y, cómo se deberían gestionar estos basándose en criterios profesionales y meritocráticos.

Siempre se pone el ejemplo de la BBC, pero solo hay que ver su programación y sus caras más conocidas a lo largo de los últimos años, para saber que, con tories o con laboristas, los buenos profesionales seguirán en sus puestos durante décadas, siempre y cuando su labor les respalde. Es un insulto a la inteligencia de cualquier ciudadano bien formado/informado vender como un ejercicio de pluralidad democrática lo que se hace sin consenso y, justificar los cambios que de forma tan burda y sistemática se hacen en los medios públicos cada vez que se producen cambios en el gobierno. Purgas, amiguísimos, cuotas, ajustes de cuentas y pago a los servicios prestados por encima de otros criterios profesionales...

Mientras estas sean los razones, no exista una visión clara del periodismo como servicio público y una estructura basada en criterios profesionales, seguiremos con los mismos métodos. Menos mal que siempre nos quedará Jordi Hurtado.