De Begoña Gómez a Cataluña

En el PP ven ya más difícil entenderse con Vox que con Junts

La insistencia de Feijóo en dar por terminada la Legislatura y acuñar el mantra, amoldado a los nuevos tiempos, del "váyase señor Sánchez" alimenta las expectativas dentro del PP sobre si puede estar cociéndose algún movimiento parlamentario contra el presidente del Gobierno. ¿La censura? Pues según los mandamases del partido, hoy casi sería más fácil ¡pactarla con Junts que con Vox!

Feijóo y Abascal, en el Congreso de los Diputados
Feijóo y Abascal, en el Congreso de los DiputadosEduardo ParraEP

Entre la dirección del PP y Vox hay puro hielo después de la ruptura en los gobiernos autonómicos. Esto coincide con un contexto político que está haciendo que el curso termine con especulaciones crecientes sobre la manida moción de censura por parte de los populares, después de la última bofetada de Junts en el Congreso a Pedro Sánchez al tumbarle el techo de gasto y también la reforma de la ley de extranjería. La insistencia de Alberto Núñez Feijóo en meter presión al presidente Sánchez, con el argumento de que la Legislatura está terminada, y tiene que convocar elecciones, da todavía más pábulo a los comentarios de pasillo entre los dirigentes políticos, no sólo del principal partido de la oposición, sobre lo que puede pasar en la próxima temporada política que comienza en septiembre.

Y en medio de estas elucubraciones sobre hasta cuándo aguantará Sánchez sin poder gobernar, porque no hay perspectivas de mejora en la situación de inestabilidad y falta de productividad de la Legislatura, resulta llamativo cómo entre barones, precisamente los primeros afectados por la ruptura con Vox, y entre otros dirigentes de primer nivel del partido, se está asentando la idea de que con Vox ya no se podría contar ni siquiera para sacar adelante una moción de censura contra Sánchez. O dicho de otra manera, que son un hueso más difícil de roer en estos momentos, por la deriva de confrontación en la que se han embarcado, que incluso Junts. Te lo dicen los presidentes autonómicos: "No hay opciones para una moción de censura. Vox no le daría este tanto a Feijóo después del último sainete de Abascal".

Si se atiende entonces a lo que comentan en las filas populares, el problema está en la derecha, pero más en la derecha de Vox que en la derecha independentista, a quien a un lado y a otro miran desde la incertidumbre sobre lo que hará Carles Puigdemont si se confirma el acuerdo con ERC, que anuncian desde el entorno del presidente del Gobierno, para investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat. De entrar en el juego de las suposiciones, si Puigdemont se echara al monte, y decidiera ir con todas las armas que tiene a su alcance para tumbar a Sánchez, porque no atienda su exigencia de que se le deje alcanzar la Generalitat, lo que, paradójicamente, temen en el PP es que el problema viniera del flanco de Vox. Un partido con el que las relaciones están rotas, incluso en los temas legislativos que pueden ser de interés común para las dos partes. De hecho, en el ámbito parlamentario, la competencia que marca la relación entre las dos partes hace que en algunos casos pueda llegar a ser más fácil el diálogo entre el PP y los portavoces de otras fuerzas, en teoría dentro de la órbita de Sánchez, que con Abascal. Evidentemente, en las especulaciones sobre si esta situación de parálisis política y legislativa puede llevar a una moción de censura, en lo que también hay acuerdo es en que si los números no le dan a Sánchez, tampoco le darían a Feijóo, por lo que este escenario no tendría más vía de escape de que fuera un instrumento que debía llevar ligado el compromiso de convocar elecciones.

En ERC echan balones fuera y se muestran relajados. Creen que esta hipótesis no tiene vía de salida, por mucho que se enfade Puigdemont si se queda fuera de juego y tiene que retirarse del tablero político. No lo tiene, insisten, porque abrir la puerta a un gobierno de Feijóo supondría "llevarles de nuevo hacia el camino de la ilegalización".