Sucesos

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ratifica cuatro años para un pedófilo por pedir sexo en Instagram

La alta instancia de la Comunidad desestima el recurso del hombre y mantiene la pena de la Audiencia Provincial de León

Un juez de lo Social de León se ve imposibilitado de celebar un juicio de forma telemática por falta de medios
Un juez de lo Social de León se ve imposibilitado de celebar un juicio de forma telemática por falta de medioslarazonLa Razón

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) ha ratificado la condena de cuatro años de cárcel impuesta por la Audiencia Provincial de León a un hombre que contactó con varios menores a través de Instagram y les ofreció dinero a cambio de sexo.

Según el fallo al que ha tenido acceso Efe este viernes, el alto tribunal entiende que hay un delito continuado de corrupción de menores al considerar hechos probados que el pedófilo, nacido en 1996, se puso en contacto con varios niños de 11 y 12 años entre diciembre de 2018 y enero de 2019 a fin de “ofrecerles dinero que les entregaría, si dejaban que el acusado, les hiciera una felación e incluso pidiendo a alguno de ellos una foto de su pene”.

La sentencia -contra la que cabe recurso de casación- expone que el condenado, que utilizaba como perfil Nick Lbinstaxs, “en ninguno de los casos referidos, logró su propósito”.La defensa interpuso un recurso de apelación para suavizar la condena a dos años de prisión al concurrir, a su juicio, la eximente incompleta de anomalía psíquica.

Pero, una vez desestimado, el joven se enfrentará a cuatro años de cárcel -una pena a la que seguirá una medida de libertad vigilada durante cinco años- y será inhabilitado para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido que conlleve contacto regular y directo con menores de edad por espacio de siete años."

Aunque el médico forense ha informado de que el acusado padece un trastorno de preferencia sexual de tipo pedófilo, con fantasías sexuales recurrentes y altamente excitantes, sin embargo mantiene íntegro el conocimiento del delito que está cometiendo, así como la voluntad de su comisión sin que sienta en ningún momento un deseo irresistible que le impida controlarse", alega el TSJCyL sin olvidar que “lo que hace lo hace porque quiere, por satisfacer su intriga y curiosidad”.