Valladolid
La Feria de Valladolid trabaja ya para adaptarse al futuro y superar este “jarro de agua fría” en forma coronavirus
Su director, Alberto Alonso, se muestra orgulloso de la actuación de su equipo ante la pandemia
“Como un jarro de agua fría de grandes dimensiones”. Así ha caído la crisis sanitaria del coronavirus a la gran familia que compone la Feria de Valladolid. Paero a pesar de ello no pierde el optimismo, y trabaja sin descanso para intentar a adaptarse al futuro y a la nueva vida que tendrán los recintos feriales después del Covid-19.
Su director, Alberto Alonso, abre las puertas de su despacho -virtualmente- a LA RAZÓN para analizar como están siendo estos días frenéticos, en los que en menos de un mes han pasado de presentar una feria, que después tuvo que ser suspendida, a poner en marcha un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), y a construir un hospital de campaña en tiempo récord. Todo ello sin olvidarse de los proyectos de futuro que les esperan.
Ante esta situación se remonta a más de dos años atrás, que es cuando Alberto Alonso llegó a Valladolid cargado de nuevos retos y con la ilusión de un niño con zapatos nuevos. Aprovechó las buenas cosas que desde siempre se han hecho en la Feria de Valladolid para construir una base sólida sobre la que cimentar un nuevo proyecto, que poco a poco, y, con mucho esfuerzo, estaba dando sus frutos. “El año 2018 lo cerramos un 15 por ciento más de las previsiones, el 2019 un 12 o 13 por ciento también superior, y el 2020 lo habíamos iniciado con un incremento del casi el 17 por ciento por encima de lo previsto, con la celebración, de cinco ferias, dos de ellas nuevas, como Agrovid y Fine, que habían tenido un notable éxito”, destaca Alberto Alonso, y añade que “nos habíamos situado en una velocidad crucero, muy positiva, creciendo el doble de la media del sector en España, para conseguir lograr nuestra prioridad que es la autofinanciación, y que la aportación de las administraciones sea testimonial”.
Pero llegó esa bomba en forma de virus que nos tiene a todos confinados en nuestras casas, y los planes y la “zona de confort” en la que estaban trabajadores del recinto ferial vallisoletano cambió de un día para otro. “Estábamos presentando la Feria de Alimentación Ecológica un 11 de marzo”, narra el director de la Feria, “para suspenderla al día siguiente”. Además, recuerda que “el 24 de marzo presentaban un ERTE, y ese mismo día la Junta nos solicitaba la ayuda para instalar un hospital de campaña, y como no podía ser de otra manera, nos pusimos a su disposición, y el 31 de marzo ya estaba a pleno funcionamiento”. En este sentido, Alberto Alonso quiere sacar un poco el pecho en favor de su equipo, que “ha estado a la altura de las circunstancias y nos hemos adaptado a la situación de una forma ejemplar, con algún sacrificio, ya que más de la mitad de nuestra plantilla está con un ERTE del 100 por 100 en su casa".
Ahora viven el día a día colaborando con lo que les requiere la Junta de Castilla y León, pero también mirando con el rabillo del ojo al futuro, y en como adaptarse a las nuevas circunstancias que se van a presentar tras el coronavirus. Un tsunami que se ha llevado por el momento un total de 21 actividades, entre ellas, cuatro ferias, cinco congresos, dos conciertos, una exposición, seis galas de actividades relacionadas con el fin curso, un festival y tres competiciones deportivas.
Al respecto, el director de la Feria de Valladolid se muestra optimista desde la prudencia que provoca esta situación de incertidumbre. Piensa que si la cosa sigue así podrían recuperar la actividad en el mes de septiembre, pero con una visión nueva de lo que van a ser los certámenes tras el Covid-19. “Estamos trabajando en las medidas que hay que adoptar para transmitir a la sociedad ese mensaje de seguridad necesaria para garantizar que somos recintos seguros y que cualquier actividad que hagamos, cuando la hagamos, cumplirá con todos los requisitos sanitarios y que nadie se va a contagiar de Covid-19”, asegura.
Asimismo, añade que “trabajamos en un nuevo diseño que probablemente impactará en temas tan simples como las colas, que deberán cumplir la distancia de seguridad; la ubicación de los stands con espacios más amplios y mayor distancia; reducir los aforos de nuestros auditorios, como el nuestro que cuenta con 600 butacas y que tendremos que rebajar a 200; limitar el aforo también de los pabellones para que no se produzcan aglomeraciones; la incorporación de dosificadores de gel hidroalcoholico, para propiciar una limpieza continua de los visitantes; o la desinfección de las zonas comunes principalmente los lavabos. Todo ello orientado a garantizar la seguridad de la gente”.
Si todo va como debe , la primera piedra de toque a la que se enfrentará será su evento decano, la Feria de Muestras. Alberto Alonso señala que quieren ofrecer el programa más atractivo posible para los vallisoletanos, y que este año habían pensado en “proyectos innovadores que atraigan al público, como talleres de tecnología y robótica para los niños”, así como el impulso de un “plan de atracción para el comercio local”, que en lo últimos años “no había tenido una respuesta a nuestra llamada como nos gustaría por parte del sector”. Eso sí, el director del recinto indica que para ofrecer “la Feria de Muestras que nosotros queremos, aunque parezca que septiembre aún está muy lejos, tendríamos que ponernos en marcha en condiciones normales en tres o cuatro semanas, sino estaríamos muy justos de tiempo”.
Sobre la recuperación de eventos perdidos por el coronavirus, Alberto Alonso afirma que algunos serán “imposible” como son las galas de final de curso o los congresos estacionales; otros “dependemos del día a día y como evoluciona la cosa, como es el concierto de Estopa, que estaba previsto para finales de mayo”; mientras que otros “somos más optimistas como es el Salón del Vehículo de Ocasión, que lo queremos hacer sí o sí; o la Feria de Alimentación Ecología que la hemos trasladado a noviembre”.
Por último, el director del recinto se muestra muy “orgulloso de aportar un granito de arena para intentar solucionar el grave problema sanitario”, pero recuerda que la Feria de Valladolid lleva “más de 55 años al lado de los castellanos y leoneses, y que esperamos que sean otros tantos como herramienta de dinamización del mercado y como una palanca para recuperar ese dinamismo empresarial, ayudando a las empresas a encontrar clientes y proveedores, que ese es uno de nuestros objetivos principales”.
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