Lucas no ve claro regresar a las aulas este curso

Tras cuatro horas de reunión de la Conferencia Sectorial de Educación entre la ministra Isabel Celaá y los consejeros del ramo de la España autonómica, para analizar qué se puede hacer para acabar este atípico curso escolar debido a la pandemia, el Gobierno de España planteaba que cuando los territorios alcancen la fase 2, prevista como pronto a finales de mayo, algunos alumnos de cuarto de la ESO y de segundo de Bachillerato o de Formación Profesional podrán volver a las aulas para recibir clases de refuerzo en pequeños grupos pero siempre de forma voluntaria.

Una medida que la mayor parte de las regiones no veían mal, aunque en el caso de Castilla y León será complicado de cumplir, debido a que nuestra Comunidad va más despacio que el resto en la desesacalada y, además, no lo hace de forma global sino por zonas básicas de salud que han de cumplir una serie de criterios epidemiológicos y sanitarios, por lo que a buen seguro que la Comunidad se iría a mediados de junio a este ritmo.

Lo dejaba claro la propia consejera de Educación, Rocío Lucas, tras salir del encuentro. “No parece factible que podamos retomar las clases antes de final de curso”. Si bien, sí que garantizaba la celebración de la EBAU en el mes de julio, así como la puesta en marcha de los programas de refuerzo educativo, atendiendo a la información epidemiológica que se maneja en la actualidad.

Igualmente, en la sectorial se abría la posibilidad a que los colegios están a disposición de los más pequeños de la casa, los alumnos de Infantil hasta 6 años así como para los de educación especial, pero siempre y cuando las familias acrediten que no pueden quedarse en casa con ellos por motivos laborales, porque no puedan teletrabajar ni tengan siquiera esa posibilidad en su empresa.

Protocolo de seguridad 2020/2021 con tres escenarios

Para ello, el Ministerio de Sanidad anunciaba que elaborará un protocolo de seguridad de cara a la vuelta a las aulas de los alumnos en toda España, un documento que la ministra de Educación, Isabel Celáa se ha comprometido a facilitar a las Comunidades Autónomas para que los criterios que incluya el texto sean homogéneos. El texto, que deberá estar elaborado antes de que comiencen las vacaciones estivales, tendrá en cuenta tres posibles escenarios:

1- Que la evolución de la pandemia permita que la actividad educativa se lleve a cabo de manera presencial en los centros educativos sin la obligación de mantener la distancia interpersonal

2- Que sea obligatorio mantener la distancia interpersonal en todos los centros educativos como medida de prevención para evitar contagios

3- Y que la evolución de la Covid-19 impida el desarrollo de la actividad educativa presencial en algún momento del próximo curso debido a algún rebrote de la enfermedad que obligue de nuevo al confinamiento.

En todos los supuestos será necesario adaptar los currículos y las programaciones de los cursos, áreas y materias para prestar especial atención a las competencias fundamentales y para recuperar los déficits ocasionados por la alteración que provocó la brusca suspensión de la actividad educativa presencial en marzo de 2020.

En el caso de que la evolución de la pandemia continúe obligando a mantener la distancia interpersonal y no sea posible que se concentre en una misma aula todo el alumnado de un mismo grupo y etapa educativa, sería necesario adoptar medidas como optimizar todos los espacios del centro educativo, combinar la actividad presencial con la actividad a distancia o adecuar los horarios para cumplir las condiciones sanitarias establecidas y garantizar la continuidad de la formación.

También será necesario dotar de equipamiento tecnológico a los centros educativos y desarrollar actividades de formación intensiva del profesorado para la utilización de recursos en línea, así como diseñar planes de preparación del alumnado para la utilización de herramientas y plataformas digitales.

Por último, el Ministerio proponía la creación de un grupo de trabajo para reflexionar sobre cómo se ha gestionado esta crisis desde las distintas administraciones, compartir buenas prácticas y establecer planes de contingencia para el futuro, un grupo del que formará parte la Consejería de Educación de Castilla y León, y que abordará diversos aspectos como la organización escolar adaptada a la pandemia, la programación didáctica de cursos y áreas, la dotación tecnológica y el refuerzo de la competencia digital y el seguimiento y apoyo de la actividad lectiva a distancia.