Hasta el último céntimo para no dejar a nadie atrás en Valladolid

La crisis sanitaria del coronavirus se está llevando por delante a muchas personas, familias, empresas y trabajadores, por cuenta propia y ajena. Y desde las distintas administraciones se está intentando ayudar en lo posible con los recursos de que dispone para intentar que las consecuencias de la pandemia sean las menos. Es el caso del Ayuntamiento de Valladolid, que está dando ejemplo de esfuerzo presupuestario para tratar de que ningún vecino ni familia de la capital se quede en el camino frente a esta crisis sanitaria que parece no tener fin ya que sigue azotando con fuerza a España y a la Comunidad, que este miércoles, pese al nuevo descenso de la incidencia, ha contabilizado 1.645 nuevos contagios y otras 36 personas fallecidas.

Y es que el equipo de Gobierno municipal que lidera el socialista Óscar Puente ha destinado el pasado año 24 millones de euros para ayudar a los afectados por las consecuencias del coronavirus, como pequeñas y medianas empresas, comercios, hosteleros, autónomos y, sobre todo, los que menos tienen y más necesitan, como son los que no tienen hogar o las personas mayores, de los que catorce millones son gastos por la aplicación de medidas excepcionales contra el coronavirus.

“No es momento de reglas fiscales ni de escatimar esfuerzos; y desde el Ayuntamiento de Valladolid dedicaremos hasta el último céntimo de euro que tengamos en las arcas municipales para atender a las personas y sectores más castigados y vulnerables”, aseguraba este miércoles el primer edil vallisoletano, tras dar cuenta de las actuaciones llevadas a cabo por el Consistorio de la ciudad del Pisuerga el pasado año, pero especialmente desde que en marzo irrumpiera en nuestras vidas el coronavirus.

Puente avanzaba que el Ayuntamiento cerrará el ejercicio presupuestario 2020 con déficit y que se endeudará este 2021 debido a este esfuerzo inversor.

En se incluyen las medidas adoptadas durante el último año para las personas y colectivos más afectados por la pandemia; el incremento de los gastos por este tipo de actuaciones; la disminución de ingresos por decisiones municipales (por ejemplo, la exención de la tasa de terrazas y mercadillos), y la reducción de ingresos por una menor actividad económica, que se traduce, por ejemplo, en una menor recaudación de impuestos.

Además, el impacto producido por la covid se circunscribe también a las entidades y empresas públicas, fundamentalmente la empresa municipal del transporte. En consecuencia, a esa cantidad hay que añadir los más de 4,5 millones de euros de AUVASA,por la pérdida de viajeros, según informaba Puente.

Aunque el gasto más cuantioso, cifrado en 5,1 millones de euros, se ha centrado en Servicios Sociales, con las ayudas de emergencia a las personas y colectivos más vulnerables. A continuación figuran otros casi cinco millones destinados al Plan Reactiva para ayudar a autónomos y pequeñas empresas, según el acuerdo del Grupo de Trabajo creado antes del pasado verano.

El compromiso del Ayuntamiento con los más damnificados por la pandemia tiene otro botón de muestra en la política de vivienda: aunque en 2019 se planificó la compra de viviendas para ampliar el parque público municipal, se optó por dedicar la mayor parte de los 2,5 millones de euros a las ayudas al alquiler y a la rehabilitación de viviendas para llegar a más familias y solucionar lo antes posible el problema de habitabilidad que han padecido las familias.

En el estudio sobre el impacto producido por el COVID-19 se incluye un apartado sobre la disminución de ingresos (2,8 millones de euros) que corresponden a actuaciones concretas para que determinados colectivos no tuvieran que hacer frente a los gastos previstos. Así, los hosteleros se ahorraron los 972.000 euros que tendrían que haber pagado en 2020 por la tasa de terrazas (este año el presupuesto supera el millón de euros); los empresarios de hoteles, 360.000 euros ; los comerciantes de los mercadillos, 215.000 euros, y mención aparte está la merma de ingresos por la suspensión del cobro de la ORA durante el confinamiento, cifrada en 1,3 millones.

La menor actividad derivada de la crisis sanitaria y económica se ha traducido en una reducción de ingresos de 6,6 millones de euros. Como la actividad se redujo también han sido menores los tributos municipales por IAE, plusvalía, impuesto de construcciones, licencias urbanísticas, multas por infracciones en la ordenanza de circulación,…

Asimismo, el impulso a la digitalización ha contado con un presupuesto de 414.555 euros y ha servido fundamentalmente para permitir el teletrabajo de los empleados públicos y adquisición de material informático.