Sociedad

¿Cuánto cobra un pensionista en Castilla y León?

Adela Cabezas, presidenta de la Federación de Jubilados y Pensionistas de Valladolid, advierte de las secuelas psíquicas y físicas de esta pandemia en las personas mayores

Decenas de pensionistas protestan en las calles céntricas de Valladolid
Decenas de pensionistas protestan en las calles céntricas de Valladolidlarazon

Los pensionistas y jubilados de Castilla y León están de enhorabuena por la subida de un 2,6 por ciento que ha experimentado este mes de febrero, según los datos hechos públicos hoy por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y que deja en 1.022 euros mensuales lo que cobra un pensionista de media en esta Comunidad. Si bien, con diferencias entre provincias, ya que un jubilado de Valladolid percibe alrededor de 1.144 euros, la más alta de la Región, mientras que uno de Zamora cobra 863 euros.

Cantidades que, pese a la subida, sigue siendo aún inferior a la media del conjunto de España, que alcanzó en este segundo mes de año los 1.029 euros, pero como señala a LA RAZÓN Adela Cabezas, presidenta de la Federación de Jubilados y Pensionistas de Valladolid, todo lo que sea un incremento “bienvenido sea”.

Aún así, advierte de que también es distinta la pensión que percibe un jubilado de la ciudad a la de una persona que vive en el medio rural o en función también de si es de viudedad, orfandad o de otro tipo ya que en este aspecto, Cabezas asegura que el aumento de la cuantía “se nota poco”.

En el caso de los hombres, la pensión media del sistema alcanzó 1.250 euros, mientras que la mensualidad media percibida por mujeres ascendió a 826.

El número de pensiones en la Comunidad cayó un 0,69 por ciento en tasa interanual, hasta las 612.201. Del total, el 63,78 por ciento (390.489) corresponde a jubilación, con una pensión media que asciende a 1.172,70 euros. Por incapacidad permanente son 46.512 pensiones (992,29 euros); por viudedad, 152.058 (730,04 euros); por orfandad, 19.317 (448,83 euros); y en favor de familiares, 3.825 (614,21 euros).

En cuanto al número de pensiones, León figura a la cabeza, con 140.406, por delante de Valladolid (115.890). Le siguen Burgos (90.587), Salamanca (80.314), Zamora (48.012), Palencia (42.427), Ávila (38.705), Segovia (33.593) y Soria (22.267).

En su opinión, lo que habría que poner en marcha es un sistema de pensiones más equitativo, ya que, advierte, hay pensionistas que están cobrando dos mil euros y otros cuatrocientos “cuando los gastos y el nivel de vida son los mismos para todos y además han subido”, afirma.

Asimismo, advierte de que la pensión en Castilla y León es muy baja con comparación, por ejemplo con el País Vasco, la región donde más cantidad percibe un pensionista y que, paradójicamente, es de las más activas en esta lucha por un sistema de pensiones mejor.

La presidenta de la Federación Provincial de Jubilados y Pensionistas de Valladolid asegura que seguirá reclamando en las calles mejoras de las pensiones y un sistema más justo y suficiente que garantice el futuro de las personas mayores, “pero también y sobre todo -dice- de las generaciones futuras”. “Por ellos luchamos también”, apunta, Adela Cabezas, mientras pone en valor a los jubilados de quienes asegura que “son personas mayores pero no pasivas”.

Secuelas psíquicas

Por otra parte, cuenta que esta crisis sanitaria del coronavirus está provocando mucha angustia entre las personas mayores. “Está siendo un hachazo muy grande, con muchos fallecidos y muchos de ellos solos y aislados por prevención”, alerta, mientras advierte también de las secuelas físicaspero sobre todo psicológicas que va a dejar esta pandemia cuando ya no esté entre nosotros.

“Esta crisis sanitaria dejará lagunas muy grandes en los mayores, porque les afectan bastante las noticias tan negativas de cada día y lo pasan mal”, asegura,

De cara al futuro, Adela Cabezas insiste en que seguirán peleando por pensiones justas y suficientes para tener un mínimo de calidad de vida, pero también pide poder tener cubiertas las necesidades básicas, como es la salud, la familia o el acompañamiento de alguien.

“Solo quiero que cuando nos hagamos mayores no estar solos y poder decidir con autonomía y libertad lo que quiera, o bien estar en una residencia o quedarme en mi casa, pero con los medios y recursos necesarios para ello”, finaliza.