Las cuadrillas comuneras de Valladolid: germen del movimiento vecinal

Valladolid pone en valor su pasado comunero y recuerda a las cuadrillas de la época como germen de los actuales movimientos y asociaciones vecinales.

Lo hace a través de sus trece centros cívicos de Valladolid que lucen desde este viernes un panel de grandes dimensiones con información sobre el papel que desempeñaron estas cuadrillas durante los últimos años del movimiento comunero, entre diciembre de 1520 y abril de 1521, que tuvo en la provincia de Valladolid uno de sus epicentros, antes de la fatídica y determinante derrota de Villalar el 23 de abril de 1521.

De hecho, Valladolid se convirtió en sede de la Junta General Comunera y en anfitriona del ejército comunero y de sus líderes.

Una acción más que pone en marcha el Ayuntamiento de la capital vallisoletana en el año en el que se cumple el quinto centenario de la Guerra de las Comunidades, de la que también forma parte un folleto divulgativo sobre el movimiento comunero en Valladolid, una edición de 7.000 unidades que será distribuida en los centros cívicos a partir de la segunda semana de marzo

“Estamos empeñados en que 2021, con todas sus circunstancias, todos sus obstáculos y todos sus retos, sea el año en que Valladolid celebre su propia condición ciudadana, cultivando el orgullo local y tomando conciencia de ser protagonista de su propia historia”, destacaba el alcalde Óscar Puente durante la presentación de los paneles en el centro cívico Bailarín Vicente Escudero, en el barrio de San Juan.

Plano de la Valladolid Comunera

Los paneles, incluyen cuatro elementos esenciales, como el plano de la “Valladolid Comunera”, diseñado por el ilustrador Jorge Méndez, integrado en el equipo de profesionales de RQR Comunicación.

Es un plano muy atractivo, que identifica los principales lugares de la villa que fueron importantes durante la revuelta, como por ejemplo La Colegiata, donde se reunían las “juntas comuneras”; el convento de San Francisco, donde estaba instalada la “campana de concejo” que en tantas ocasiones sirvió para alertar a los vecinos de los acontecimientos; el palacio del Almirante de Castilla, donde es muy probable que residiera el cardenal Adriano de Utrecht, gobernador-regente del rey Carlos durante la “Guerra de las Comunidades”; o el monasterio de Prado, donde tuvieron lugar las conversaciones de paz entre comuneros y realistas para intentar alcanzar un acuerdo entre ambos bandos.

También espacios en los que se vivieron momentos importantes, como es el caso dela plaza del Mercado (hoy Plaza Mayor) donde el mismísimo Juan de Padilla fue aclamado como capitán general comunero.

Asimismo, incluyen un breve texto sobre el contexto histórico de la “Valladolid Comunera”, que enmarca en la ciudad los principales hitos de la crónica de aquellos momentos, además de un texto en el que se explica qué eran las “cuadrillas”, quiénes las integraban y qué funciones cumplían como unidades básicas de organización y representación vecinal en la villa de Valladolid, desde mediados del siglo XV.

Por último, presentan un cuadro con el nombre de las 13 cuadrillas que existían y funcionaban en la “Valladolid Comunera” y cuya localización queda identificada con unos pequeños escudos vallisoletanos de época comunera que pueden ver repartidos por el plano descrito.