Sociedad

Igea, entre lágrimas, a la madre de la cooperante asesinada María Hernández Matas: “Hoy hay miles de madres que disfrutan de sus hijos gracias a ella”

El vicepresidente, portavoz y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior preside el acto institucional de entrega de la Medalla al Mérito Profesional a título póstumo a la salmantina que perdió la vida en Etiopía

Un emocionado Francisco Igea, entrega la Medalla al Mérito Profesional a título póstumo a la madre de la cooperante María Hernández Matas
Un emocionado Francisco Igea, entrega la Medalla al Mérito Profesional a título póstumo a la madre de la cooperante María Hernández MatasDavid ArranzAgencia ICAL

El vicepresidente, portavoz y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior, Francisco Igea, se dirigió este lunes 22 de noviembre, entre lágrimas, a la madre de la cooperante salmantina asesinada durante el mes de junio en Etiopía, María Hernández Matas, para destacar su valor y su aportación al desarrollo de los territorios más desfavorecidos: “Hoy hay miles de madres que disfrutan de sus hijos gracias a ella”, le agradeció.

Igea presidió el acto institucional de entrega de la Medalla al Mérito Profesional a título póstumo a la voluntaria de Médicos Sin Fronteras. El consejero de Acción Exterior, visiblemente emocionado, cerró un emotivo acto celebrado en la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca junto a sus familiares y amigos, centrando la mayor parte de su discurso en referirse a la madre de María, Francisca, quien recibió la medalla de sus manos. “No se puede explicar el dolor de la pérdida de un hijo. Me cuesta explicar por qué estamos hoy aquí. Esto igual es una vuelta más de taladro en algo que es muy difícil”, reiteró Igea, recordando que su propio hijo es cooperante y, por ello, puede “entender muy bien” el dolor de la madre de María Hernández Matas.

El portavoz del equipo de Gobierno de la Junta reconoció estar fuera de su papel habitual como “el malo de la película”, al apenas poder articular palabra, por momentos, debido a la emoción y se disculpó por ello ante el auditorio. “Siempre les digo a mis hijos que tienen la suerte de vivir en el diez por ciento más rico del mundo. Hay muy poca gente que se dé cuenta de eso. Es esa gente, como María, es la que hace que el mundo cambie, que el mundo progrese. María es de aquí, es de los nuestros, pero la reconocemos porque es la bondad universal. Ella se dio cuenta de que vive en el mundo, vive rodeada de dolor, de miseria, y puede hacer que las cosas cambien”, resumió.

Francisco Igea pidió en este punto que la política, en general, recordara “eso” todos los días. “Espero que esto sirva para que pongamos en valor ese trabajo y caigamos en algo que nos ha traído el virus con gran violencia: la globalización es una realidad. Vivimos en un mundo global y el sufrimiento y la desesperación de la gente en Etiopía, Siria, el Congo, o cualquiera de los países en los que María estuvo, va a llegar hasta aquí, ya sea cruzando el desierto o el Atlántico en una lancha, si nosotros no vamos a su encuentro”, advirtió Igea, quien concluyó aseverando que “se pueden hacer pocas cosas más útiles que lo que hizo María por los demás”.

Emotivo acto

El acto comenzó con la reproducción de un emotivo vídeo que reflejaba las tareas que María Hernández Matas realizó a lo largo de su vida en los países en vías de desarrollo. A continuación, el director general de Acción Exterior de la Junta de Castilla y León dio lectura del acuerdo por el que el ente autonómico decidió entregar la Medalla al Mérito Profesional a María Hernández Matas, fechado el 20 de julio de 2021, y por el que reconoce su “trabajo por la paz”, como “mujer valiente con un compromiso profundo y honesto por el trabajo voluntario”.

Nacida en la salmantina localidad de Sanchotello, María Hernández murió en Tigray el 24 de julio de 2021 junto a dos compañeros que trabajaban con ella en la organización Médicos Sin Fronteras. “María, a través de sus valores personales, siempre al servicio de los más vulnerables en países inmersos en grandes crisis, demostró un trabajo, compromiso y sacrificio que esperamos sirvan de ejemplo para todos los trabajadores humanitarios”, explica el acuerdo reproducido hoy. “Con esta medalla se quiere reconocer su relevancia profesional y personal y su contribución a los valores y derechos que el Estatuto de Autonomía de Castilla y León reconoce y protege”.

Tras la entrega de la medalla por parte de Francisco Igea a su madre, Francisca, algunos de los familiares de María Hernández Matas, sin identificación pública, quisieron tomar la palabra para agradecer el reconocimiento y poner en valor sus mayores virtudes, como su “inteligencia, generosidad y la alegría de vivir que contagiaba a los demás”, así como su “perseverancia para lograr todo aquello que se proponía”.

Investigación de la muerte

La primera familiar que hizo uso de la palabra durante el acto, aprovechó la representación institucional presente, incluida la subdelegada del Gobierno, Encarnación Pérez, para reclamar al Ejecutivo centrar, y en concreto al Ministerio de Asuntos Exteriores, que investiguen “este acto de terrorismo” para que “gente como María se sienta protegida” y, así, su muerte “sea la última en ocurrir”. “El dolor que sentimos por su pérdida a los 35 años recién cumplidos no podemos soportarlo. Solo esperamos que haya personas que quieran imitarla”, valoró su familiar.

A continuación tomó la palabra otra persona de su familia para trasladar algunas palabras que la propia María les hizo llegar tras su primera misión de voluntariado en la India, allá por el año 2007. “Cuando piensas en hacer un voluntariado, miles de ideas vienen a tu cabeza, pero al final se resumen en una: quiero hacer algo. Quiero conocer otra realidad, ver ese otro mundo con mis propios ojos. ¿Qué he hecho para haber nacido en la parte rica del mundo? En cierta manera, me siento en duda con la otra parte y tengo la necesidad de dar algo. Esta es una vida sencilla, pero que me hace sentir tremendamente feliz. Tengo la sensación de que si hay alguien que ha recibido algo he sido yo. Cada uno de nosotros, en nuestro trabajo, en nuestra pequeña vida, podemos cambiar las cosas”, rezaba la misiva escrita por la cooperante salmantina.

En último término, una tercera persona de su familia tomó la palabra para dirigirse a ella directamente con un sentido discurso que sobrecogió a los presentes. “Querida Mari, desde que te fuiste nada es igual. No habrá explicación que nos haga comprender lo que ha pasado. Ponías a los demás como prioridad, renunciando a una vida fácil por un mundo desconocido e ignorado por una gran mayoría. Mari, qué putada sin ti. El mundo, ahora, es un poco peor. Nos has dejado un gran vacío, pero las manos llenas de amor y lecciones de vida. No dejaremos de hablar de ti a cuantos nos rodean”, concluyó la joven, visiblemente emocionada.