Ciudad saludable
Salamanca tendrá su “almendra central” antes de que acabe el año
El Ayuntamiento digitalizará el transporte urbano y acotará una zona inteligente de bajas emisiones sobre el 4 por ciento de su superficie que afectará al 10 por ciento de la población
Salamanca, al igual que Madrid, aunque salvando las diferencias, tendrá su particular “almendra central” en la que habrá menor contaminación. Será una zona junto al casco histórico que se prolongará en un 4 por ciento de la superficie total de la ciudad y que afectará al 10 por ciento de la población de la capital del Tormes.
El Ayuntamiento acotará antes de finalizar el año 2023 una zona inteligente de bajas emisiones en la que se creará un espacio con nuevas calles peatonales, control de acceso a los vehículos en función de sus niveles contaminantes, paneles informativos, nuevos pasos de peatones y otros tramos de carril bici.
Así lo anunciaba este miércoles el alcalde, Carlos García Carbayo, quien aseguraba que esta iniciativa “contribuirá a construir una ciudad mejor para las nuevas generaciones” y que se lleva a cabo conforme a lo exigido por la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Ecológica para los municipios de más de 50.000 habitantes,
Carbayo destacaba la “oportunidad” que se abre a la ciudad y sus habitantes de obtener una “mejor calidad de vida”, además de generar una “mayor atracción turística” y, por ende, un “mayor desarrollo económico”.
Una ‘smart city’ que digitalizará el transporte urbano para economizar la circulación de vehículos y mejorará la salud urbana con la reducción de emisiones contaminantes y del ruido. “Para otros fue un trámite más, pero nosotros nos pusimos manos a la obra para demostrar nuestro compromiso con el medio ambiente”, decía el primer edil.
El coste total de este programa de actuaciones alcanzará los 8,7 millones de euros, de los que el Consistorio recibirá 6,5 millones procedentes de los Fondos Europeos ‘Next Generation’ al lograr el cien por cien de la financiación solicitada en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Peatonalización de calles
En primer lugar, se procederá a la peatonalización de calles, de manera que los salmantinos y turistas dispongan de “más espacios seguros para poder disfrutar de Salamanca”, siguiendo el modelo de ciudad con espacios abiertos.
La peatonalización, que repercutirá directamente sobre el dos por ciento del término municipal yel ocho por ciento de la población, se llevará a cabo con una plataforma única, renovando el alumbrado público con tecnología LED para que sea energéticamente eficiente y ejecutando algunas canalizaciones para el futuro soterramiento de servicios. En algunas, a mayores, se procederá a la sustitución de la red de distribución y a la renovación del pavimento.
A la calle Ancha, actualmente en obras, se sumarán de forma paulatina durante los próximos años otras calles de los alrededores del centro histórico. En el caso de la zona del Palacio de Congresos, en la plaza Donados se prevé una glorieta para facilitar el giro de 360 grados desde la Vaguada de la Palma, la pavimentación de una parte del parque de la plaza del Botánico para dotar de continuidad al corredor peatonal junto a la Cuesta de Oviedo, y la formación de dos grandes zonas ajardinadas accesibles junto al Colegio de San Bartolomé.
Control de acceso
“Minimizar las emisiones es fundamental para hacer de Salamanca una de las ciudades más limpias de España”, prosiguió el alcalde. Por eso, la zona de bajas emisiones del conjunto histórico de Salamanca se llevará a cabo con un sistema de control de acceso de los vehículos más contaminantes, en función de la etiqueta ambiental según la clasificación de la Dirección General de Tráfico. De esta forma, “se minimizarán las emisiones de CO2 en el entorno declarado Patrimonio de la Humanidad y se mejorará aún más la calidad del aire de una ciudad que se encuentra entre las más limpias de España”, según los datos ofrecidos por el regidor. Al mismo tiempo, “se proporcionarán ventajas en el tráfico diario de vehículos con un mejor control de tránsitos y de la gestión de cortes y desvíos”, matizó.
El proyecto contempla la integración de 21 cámaras para control de acceso a zonas peatonales, la instalación de 13 nuevas, otras 24 para la primera vía de ronda y 24 más para la segunda vía de ronda. A mayores, se instalarán 18 cámaras de aforo de vehículos y peatones que permitirán distinguir entre moto o patín, coche y camión o bus, medir velocidades, calcular velocidades medias y detectar aglomeraciones de peatones, lo que permitirá “ajustar el tráfico” y la frecuencia de los semáforos, “evitando largas esperas” tanto a conductores como a peatones.
Los residentes en la zona de bajas emisiones tendrán autorizado el acceso y las personas con discapacidad titulares de tarjetas de movilidad reducida también podrán acceder si es su destino, al igual que los vehículos de carga y descarga, conforme a la señalización establecida y a la normativa municipal vigente. Además, podrán circular por estas zonas los servicios municipales de seguridad y de emergencias, el transporte público y los médicos y funerarios, además de otro tipo de accesos de uso civil diario.
Sistema inteligente de información
El control de accesos a la zona de bajas emisiones está acompañado de una serie de medidas para proporcionar una “mayor fluidez” en la circulación de vehículos y “evitar desplazamientos innecesarios” en toda la ciudad mediante un sistema inteligente de información sobre el estado del tráfico, cortes de calles, accidentes o plazas disponibles en aparcamientos, entre otros datos de interés.
El Ayuntamiento renovará los paneles de información variable instalados y en la actualidad está llevando a cabo la instalación de siete nuevos antes de instalar otros ocho a mayores. En total, 21 paneles cuya distribución permitirá que cualquier conductor pasará al menos por un panel, disponiendo de la información necesaria para poder tomar decisiones “de forma anticipada”.
También se instalarán sensores en seis aparcamientos disuasorios repartidos por toda la ciudad para poder informar sobre el número de plazas disponibles en tiempo real. Al mismo tiempo, se facilitará información de la utilización de los aparcamientos subterráneos públicos.
La aplicación web dispondrá de un plano de la ciudad donde estarán ubicados los aparcamientos, y además se mostrarán la localización de las paradas de autobús urbano y las bases de préstamo de bicicletas, de manera que los ciudadanos, con solo mirar cualquier dispositivo móvil, puedan “planear con antelación la mejor ruta” y saber si dejan su vehículo estacionado donde disponer de transporte público para moverse por la ciudad.
Las cámaras instaladas facilitarán una información que permitirá estudiar el tipo de vehículos que acceden a la ciudad y, por tanto, establecer actuaciones acordes a las necesidades del tráfico con nuevas ubicaciones para aparcamientos gratuitos en superficie disuasorios, nuevas ubicaciones de puntos de recarga eléctrica, mejorar las rutas del autobús urbano, mejorar la seguridad vial de los peatones y nuevas bases de bicicletas de alquiler.
Al mismo tiempo, se mejorará la seguridad vial, dando continuidad a las medidas adoptadas por el Ayuntamiento durante el año pasado, que han permitido reducir los atropellos de peatones un 24 por ciento y la gravedad de los accidentes de tráfico. En concreto, se plantea la instalación de nueve pasos de peatones inteligentes con barras emisoras de luz activables mediante detector de presencia de peatones y señalización vertical luminosa. Otra medida a implantar son las señales luminosas de peligro por cruce de ciclistas en aquellos tramos con un mayor número de usuarios, 22 en total. Además, se instalarán ocho medidores de velocidad didácticos que ayuden a concienciar a los conductores sobre el exceso de velocidad, una medida que en aquellas zonas donde se puso en marcha permitió reducir la velocidad media en un 28 por ciento.
Carriles bici
El proyecto permitirá la construcción de nuevos tramos de carril hacia el centro de la ciudad para facilitar la movilidad sostenible, aprovechando la amplia red ciclista que ya rodea Salamanca y la conecta con los municipios de su alfoz. Gracias a los fondos europeos, el Ayuntamiento se ahorrará la financiación de tramos cuyas obras ya se encuentran en licitación e incluso adjudicadas, como la conexión entre los barrios Garrido y Puente Ladrillo a través de la Calzada de Medina o la unión de ambas márgenes del río Tormes en San José a través del Puente de Felipe VI.
A mayores, se conectará la glorieta de Antonio Machado con la plaza de España a través de la avenida de Comuneros, el hospital y el campus universitario con el resto de la red ciclista. Por su parte, el sistema municipal de préstamo de bicicletas ‘SALenBICI’ verá ampliado el número de bicicletas en 300 unidades y el número de bases con otras cuatro junto a aparcamientos disuasorios para “facilitar así la intermovilidad sostenible”.
Sensores de calidad del aire
En su apuesta por mejorar “aún más” la calidad del aire, el Ayuntamiento de Salamanca propuso una red de sensores situados en los distintos elementos físicos que coexistan en el municipio, tanto en el interior como en el exterior de la zona de bajas emisiones. En concreto, se prevé la instalación de 20 sensores distribuidos por la ciudad en un mallado que como máximo tendrá una separación de un kilómetro, permitiendo la medición en la práctica totalidad del ámbito urbano de la ciudad.
Además de generar un mapa “mucho más preciso” de la calidad del aire en el municipio, permitiendo conocer diferencias entre unos y otros puntos de la ciudad, se generará una base de datos que permitirá “trazar la evolución” con la implantación de la zona de bajas emisiones, no solo en el interior de la misma, sino en la totalidad de la ciudad.
El análisis de la evolución temporal de los distintos contaminantes en cada uno de los puntos de instalación permitirá “corregir y adaptar” las medidas sobre el tráfico de vehículos de cara a “mejorar la salud urbana”, así como establecer “modelos predictivos” y del conocimiento entre contaminación atmosférica y salud humana, y “gestionar la respuesta a posibles emergencias”. En definitiva, según García Carbayo, “una Salamanca mejor y con más calidad de vida”.