Fresno el Viejo (Valladolid) ya cuenta con su nueva estación depuradora

La localidad vallisoletana de Fresno el Viejo inauguró oficialmente su estación de depuración de aguas residuales (EDAR), por la que el Ayuntamiento comenzó a demandar hace diez años, pero que ha sido una realidad en plena pandemia, tal y como destacó su alcalde, Luis Miguel Muñumer, tras una inversión global de 1,1 millones de euros.

La nueva infraestructura permitirá dar servicio a una población de 1.400 habitantes equivalentes, con una caudal medio de 11,7 metros cúbicos a la hora y la necesidad de construir un colector desde el pueblo de casi 400 metros, paralelo al arroyo Lanzón, al que ahora se vierten las aguas ya depuradas.

Al acto asistieron, entre otros, la delegada del Gobierno de España en Castilla y León, Virginia Barcones; el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar; el viceconsejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Rubén Rodríguez; así como la directora general de Acuaes, Rosa Cobo, quien anunció una “buena noticia” durante el acto, dado que tal y como autorizó la Comisión Europea, la financiación de su departamento, gracias a los fondos Feder, pasa del 37,5 por ciento previsto inicialmente, cuando se firmó el convenio a principios de 2020, al 50 por ciento.

Esto implica que “los vecinos de Fresno se ahorrarán una parte de su cuota”, que ahora se reduce hasta el cinco por ciento de 1,1 millones de euros, dado que Junta y Diputación se hacen cargo de sendos porcentajes del 22,5 por ciento. En todo caso, la parte municipal será en principio aportada por Acuaes y devuelta por el Consistorio en un plazo de 25 años.

Además, Cobo avanzó que propondrá la instalación de placas fotovoltaicas para ahorrar costes en la planta y elaborará un video del antes y después para mostrar la inversión a la UE. También, se efectuará una encuesta entre los vecinos para conocer su satisfacción y si conocen que es una obra cofinanciada por Bruselas. “A Europa le gusta saber”, dijo.

Hasta este momento, el municipio vertía las aguas residuales sin ningún tratamiento, al arroyo Lanzón, y de ahí al río Trabancos, elementos que acababan en el acuífero. La obra, que ha durado aproximadamente 12 meses, ha sido ejecutada por Espina Obras Hidráulicas. A partir de ahora, durante un año, los técnicos de Acuaes tutelarán a empleados del Ayuntamiento para la gestión y mantenimiento de la depuradora a partir de julio de 2023.

En este sentido, Virginia Barcones expuso que con este proyecto el Gobierno “cumple”, no solo con “grandes instalaciones” como las de Soria, con 60 millones de euros de presupuesto, o las de Ávila y Miranda de Ebro, sino también “con el medio rural”.

La delegada subrayó las “tres buenas noticias que se celebran hoy en Fresno el Viejo gracias a la capacidad de colaboración de las administraciones públicas”. En primer lugar, mencionó que es una “obra que presta un servicio que mejora la salud de los vecinos y la sostenibilidad y medio ambiente”. En segundo, que “pasa de la sanción al ejemplo”, y recordó que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) había apercibido al Ayuntamiento por los vertidos y ahora incluso Acuaes presentará el proyecto a la Comisión Europea como “ejemplo de buenas prácticas”; y tercero y último, que los habitantes de la localidad “se ahorrarán el coste al pagar el Gobierno hasta el 50 por ciento frente al 37,5 anterior”, informa Ical.

Igualmente, recordó que el Plan España Puede del Ejecutivo central ha transferido 900 millones de euros a Castilla y León, 460 de ellos vinculados a la transición verde. “Viceconsejero, ahí tienes una buena cifra para gestionar”, invitó al responsable de la Junta en el acto, Rubén Rodríguez, quien anteriormente había ensalzado la colaboración pública por el bien de los vecinos en una instalación que “repercute en las personas y el ecosistema” y agradeció el “esfuerzo” del alcalde durante estos años por “luchar por este proyecto”. “Cuentas con el apoyo de la Junta y tienes las puertas abiertas de la Consejería”, le trasladó el viceconsejero.

Rodríguez señaló que a día de hoy su departamento tiene “varios frentes abiertos” en materia de depuración de aguas, tanto en EDAR para más de 2.000 habitantes equivalentes, con 35 proyectos en marcha o cerca de finalizar, y 1.080 en municipios de menos de 50 vecinos. A ellos se suman otros 114 millones en inversiones para potabilizadoras, lo que hace una cifra final, citó, superior a 400 millones en tratamiento del agua.

Igualmente, el presidente de la institución provincial, Conrado Íscar, expuso que la Diputación “trabaja para aliviar la problemática con la depuración en muchos municipios”. “Nos gustaría ir más rápido”, reconoció Íscar, quien anunció que “en breve” se licitarán varias infraestructuras de este tipo. En este sentido, aprovechó para pedir a la Junta y Gobierno central “colaboración” para sacar estos proyectos adelante y que “toda la provincia pueda depurar sus aguas”.

Por último, el alcalde de Fresno el Viejo destacó que gracias a esta infraestructura “mejora el medio ambiente y la salud, con un agua más limpia”, y agradeció la colaboración de todas las administraciones que han apoyado el proyecto. Tras detallar los pormenores de la tramitación desde 2012 y agilizada tras un nuevo convenio en 2020, Muñumer pidió a la CHD que facilite el trabajo de los pequeños ayuntamiento y que suavice las sanciones por vertidos. “Espero que cambie esa política”, un deseo que se encontró con la respuesta de la delegada del Gobierno, quien apeló al Estado de Derecho para velar por la seguridad de los ciudadanos.

Ejemplo de buenas prácticas

La EDAR de Fresno el Viejo es considerada una “ejemplo de buenas prácticas” por las administraciones. A través de un colector que llega al edificio principal, se eleva posteriormente el agua a un tamizado de desarenado. Cuenta también con dos ‘primarios’ que disponen de carrizos de macrofitos que “ayudan a depurar el agua y eliminan olores”. Son plantas que prácticamente flotan. Además, tiene una capacidad de depuración de un 50 por ciento gracias a un by pass, por encima de los estándares normativos.

Por último, se trata de un diseño sostenible, “sin consumo energético elevado” y cuyo gasto más relevante es la extracción de residuos y lodos.