Tribunales

Archivan la investigación por la muerte de un adolescente internado en el centro de Menores Zambrana de Valladolid

El joven, de 14 años, falleció después de ser reducido por los guardias de seguridad

Centro de menores Zambrana de Valladolid
Centro de menores Zambrana de Valladolidmir_ical

El Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid ha archivado la investigación por la muerte de un adolescente internado en el centro de Menores Zambrana, el pasado 3 de marzo, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL).

El joven, de origen tunecino y de 14 años de edad, falleció en el centro para infractores, ubicado en Valladolid, después de un comportamiento “violento contra el personal educativo y las instalaciones”, y después de ser reducido por guardias de la seguridad. Los hechos se desencadenaron sobre las 22 horas, cuando el joven sufrió una crisis y fue necesaria la intervención de los efectivos de seguridad. El joven permanecía en el área de socialización y tenía problemas de conducta, informa Ical.

Según se argumenta en el auto, la clave para ver si los investigados pudieron actuar de forma negligente radica en determinar si el menor presentaba signos de asfixia. En este sentido, los hallazgos de la autopsia descartan esta hipótesis, ya que no había signos traumáticos de una oclusión externa de los orificios respiratorios -no se le tapó la boca y la nariz impidiéndole respirar con normalidad- y tampoco había signos traumáticos de que se hubiera producido una compresión del cuello, de tipo estrangulación o ahorcadura.

Además, también se descarta que se produjera una asfixia por compresión torácica, esto es, que los investigados hubieran comprimido con fuerza la espalda del menor cuando estaba boca abajo, y se recalca que el menor no presentaba lesiones que permitan determinar que se empleara una fuerza inusitada o desmedida en la reducción.

Por último, se considera que la causa fundamental de la muerte se produjo por un “delirio agitado” durante la contención mecánica, ya que el menor sufrió un ataque de ira, a la que era propenso, “y la contención le impidió liberar la ira o agitación, con liberación de adrenalina, que le provocó una parada cardiaca, de tal forma que la muerte se produjo durante la contención, pero no como causa de la misma, situación que ni era previsible, ni era evitable, tratándose, por tanto, de una muerte natural”.