
Sociedad
Luis Argüello, en la Misa Crismal: “El individualismo se mete como un virus que impide que pueda surgir la novedad del Evangelio”
El Arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE preside en la Catedral la celebración en presencia de más de 100 presbíteros que han renovado este Jueves Santo sus promesas sacerdotales y a los que ha pedido ser “cauce de la gracia del Señor” porque “trae la libertad”

El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, advirtió de que “el individualismo se mete como un virus que impide que pueda surgir la novedad del Evangelio”. “El mundo en el que vivimos ha hecho tal elogio del individualismo que parece imposible la convivencia y la gestión de los asuntos públicos. El individualismo se mete como un virus en el presbiterio, en las congregaciones religiosas, en las familias, en las realidades asociativas del pueblo santo de Dios, en la vida de las parroquias, que impide que pueda surgir la novedad del Evangelio”, advirtió durante la Misa Crismal, celebrada en la Santa Iglesia Metropolitana Catedral de Valladolid este Jueves Santo.
Argüello expuso que el Bautismo aporta “la posibilidad de vivir como personas en las que en su corazón ha sido vencido el pecado”; y la gracia, “la posibilidad de dar la vida”. “Porque sólo el don de sí edifica la Iglesia y transforma la sociedad. Sólo el ejercicio de nuestra misión, dando la vida, no reclamando derechos, no pretendiendo autonomía, no queriendo vivir independientes y desvinculados unos de otros; sólo esa novedad edifica la Iglesia y transforma la sociedad”, dijo.
En este sentido, sentenció que “sólo dejando que el Señor actúe en nuestros corazones, venza al pecado y, entonces, nos haga capaces del don de sí, surge la novedad de la vida cristiana que, como hemos escuchado tanto en el Evangelio como en la profecía de Isaías, devuelve la vista a los ciegos, devuelve la libertad a los cautivos y anuncia el año de gracia a todos los pobres”.
“Sólo esta novedad abre nuestros ojos y nos permite reconocernos como hermanos, abre nuestros ojos y nos permite caer en la cuenta de la dignidad sagrada de todos: de los enemigos, de los inmigrantes, de los distintos, de los opuestos. Sólo la gracia del Señor —que queremos salir a los caminos para anunciarla— trae la libertad a los cautivos en las diversas cautividades, cautividades dramáticas que sufren tantos de nuestros hermanos”, afirmó.
A esta celebración acudieron más de un centenar de presbíteros, que renovaron sus promesas sacerdotales; el cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo emérito de Valladolid; y Manuel Sánchez Monge, obispo emérito de Santander que tiene establecida su residencia en la Archidiócesis de Valladolid.
Durante la Misa Crismal, que congregó en la Seo vallisoletana a cientos de fieles, se consagró el Santo Crisma y se bendijeron los óleos que se emplearán, entre otros, en futuras ordenaciones, los sacramentos de la iniciación cristiana —Bautismo y Confirmación—, en la dedicación de nuevos altares e iglesias y en la unción de los enfermos. Como signo de comunión con los cristianos perseguidos en el mundo, el arzobispo de Valladolid ha presidido la celebración de la Eucaristía con el cáliz profanado por el ISIS con un disparo en Qaraqosh (Irak).
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