Escapadas

Cinco playas a menos de una hora de Barcelona

La ruta empieza en la propia capital catalana, en el icónico Somorrostro, y abarca desde el Garraf hasta lo alto del Maresme

The spread of the coronavirus disease (COVID-19) in Barcelona
Un grupo juega en un rondo improvisado en la playa de la BarcelonetaNACHO DOCEReuters

Siempre con la incógnita de la meteorología, la Semana Santa llega tras un año consecutivo de pandemia y de fatiga emocional por las severas restricciones instauradas. Las primeras vacaciones de este 2021 -a excepción de una Navidad anómala y en plena tercera ola del virus- amanecen como una buena oportunidad para las escapadas internas, cortas y de un día con el fin de disfrutar de la naturaleza y redescubrir lugares al alcance de la mano. Con el Mediterráneo como destino, cinco playas a menos de una hora de Barcelona -alguna incluso en la capital- pueden convertirse en los mejores enclaves.

Aspecto de uno de los chiringuitos de la playa de la Barceloneta
Aspecto de uno de los chiringuitos de la playa de la BarcelonetaEnric FontcubertaEFE

El Somorrostro, la Barceloneta en estado puro

El barrio con más solera de Barcelona, pintoresco por su fisonomía y ahora sin turistas por la pandemia, se confirma como una de las opciones para los vecinos de la capital. Siempre ruidoso y recomendable por su amplia gastronomía -indispensable Can Ramonet o las tapas de la Cova Fumada- termina en la arena del Somorrostro, historia viva de la ciudad. De las barracas y los chiringuitos de antaño a la fiebre turística de estas últimas décadas, la playa brinda un paisaje único e indispensable para conocer otra Barcelona. La capital de abrió al mar por el Somorrostro y el Somorrostro ofrece un retrato peculiar y repleto de contrastes: jugar a futvoley, repasar los barcos anclados en el Port Vell o sacar músculo en esos gimnasios improvisados y al aire libre del Port Olímpic es posible en esta Barcelona. Para los amantes de las letras recientes aún queda otra opción: buscar los escenarios de la novela “Lectura fácil” de Cristina Morales, galardonada el pasado año con el Premio Nacional de Literatura. A nadie dejará indiferente.

Una persona hace ejercicio en la playa de Sitges
Una persona hace ejercicio en la playa de SitgesSusanna SáezEFE

Sant Sebastià (Sitges), una vía de escape garantizada

Municipio por antonomasia del litoral catalán, vía de escape de muchos barceloneses, se encuentra a tan solo media hora en tren o en coche de la capital. Icono del Modernismo -con mención especial a Santiago Rusiñol y el Cau Ferrat- sus callejuelas desembocan en unas playas famosas por su ambiente, su estampa con la iglesia de Sant Bartolomeu i Santa Tecla y sus chiringuitos en la arena. Para los amantes del senderismo, varias rutas recorren el litoral -especialmente dirección sur, camino a la vecina Vilanova i la Geltrú- entre el mar y el macizo del Garraf. Y para los amantes náuticos, son múltiples las opciones en vela, snorkel o submarinismo. Y es que en Sitges hay vida más allá del Carnaval o del ocio nocturno. Recomendable una visita al Port d’Aiguadolç, curiosear entre las casas coloniales y acabar en Sant Sebastià, catalogada como la mejor playa urbana en 2013 por el New York Times. Para los más curiosos, aquí también hay algo que buscar: un trozo de la barandilla del paseo de La Concha de San Sebastián.

La playa de la Pineda de Viladecans.
La playa de la Pineda de Viladecans.TURISMO DE VILADECANS

El parque del Delta del Llobregat

La playa de las Filipinas, en el término municipal de Viladecans, es una de las más características de esta zona, con amplios arenales junto a la desembocadura del río Llobregat. El parque del Delta del Llobregat, por su cercanía con Barcelona y las posibilidades que ofrece para los amantes del deporte -rutas en bicicleta, senderismo, además de todo tipo de actividades acuáticas- y de la naturaleza se convierte en un destino perfecto para una escapada de un día. Indispensable también la playa de la Pineda, un gran arenal con dunas al este de la zona. Se puede llegar en coche, autobús o en tren en apenas media hora.

Playas del Maresme vacías de turistas la Semana Santa del pasado año, en plena pandemia
Playas del Maresme vacías de turistas la Semana Santa del pasado año, en plena pandemiaEnric FontcubertaEFE

A las puertas del Maresme

Al norte de Barcelona y también a 30 minutos escasos del centro en coche o en tren se encuentra la primera playa del Maresme: Montgat. La localidad más meridional de la comarca tiene hasta cuatro playas: la Cala Taps de (150 metros), la playa de la Morera de (218 metros), la playa de Sant Joan de (584 metros) y la playa de Monsolís de (1095 metros). La principal es la de Sant Joan, donde se encuentran el las instalaciones del Club Marítim Montgat con todo tipo de actividades náuticas y acuáticas. Sin embargo, la zona ha sufrido este año los efectos de los temporales -del ya lejano Gloria de 2020 a los sucesivos de este 2021- y las administraciones trabajan en un plan de regeneración urgente. El enclave ofrece otros atractivos: pasear por el parque de les Bateries, pequeña colina que se convierte en un mirador al Mediterráneo y en la que aún se conservan dos grandes cañones de principios del siglo XX; respirar aire del pasado y comer en un chiringuito de los de antaño, el Restaurante Baños Virgen del Carmen (1928); o llegar hasta la vecina playa de la Barca María en Badalona.

Sant Pol de Mar, al norte del Maresme
Sant Pol de Mar, al norte del MaresmeTURISME DE CATALUNYA

Les Barques en Sant Pol de Mar

En el lado opuesto del Maresme aparece Sant Pol de Mar, una localidad típica de marinera, con sus casas blancas, las callejuelas, el paseo y el casco antiguo, con la ermita de Sant Pau (siglo XI) y varias fachadas Modernistas como principales reclamos. Municipio entre dos provincias, Barcelona y Girona, se llega en coche o tren en 45-55 minutos. Un destino perfecto para disfrutar de playas familiares, en pleno centro de la localidad, y también de calas rocosas más solitarias en sus aledaños:el Morer, la Platjola, les Escaletes, les Barques, la de Sant Pol, Can Villar, la Murtra y les Roques Blanques. La más céntrica e icónica es la de les Barques.