Libros

La literatura del duelo

Las escritoras Amélie Nothomb y María Negroni presentan dos novelas que tienen en común la muerte de un familiar

La escritora belga Amélie Nothomb en Barcelona
La escritora belga Amélie Nothomb en BarcelonaLORENA SOPENA - EUROPA PRESSLORENA SOPENA - EUROPA PRESS

La muerte de un ser próximo, a veces incluso no querido, ha dado pie a algunas buenas páginas a lo largo de la literatura. La casualidad ha hecho que ayer en Barcelona coincidieran dos libros que son dos maneras de entender la literatura. Son Amélie Nothomb, autora de «Primera sangre» (Anagrama), y María Negroni, con «El corazón del daño» (Random House). La primera, con su personal estilo y su concisión, nos acerca a la figura de su padre, en una novela que fue escrita poco después de la muerta de este. Por su parte, Negroni tras el fallecimiento de su madre, empezó a trabajar en una obra sobre la relación que tuvo con ella en un texto en el que parecen fundirme lo narrativo con lo lírico.

Nothomb, en rueda de Prensa, explicó que «este es el libro sobre mi padre y de mi padre. Nunca pensé en hacerlo porque nunca pensé que se moriría. Murió el 17 de marzo de 2020, el primer día confinamiento. Él estaba en Bélgica y yo en París, lo que hizo que el duelo fuera imposible. Después de su muerte mi padre me hablaba en la cabeza, un diálogo que no habíamos tenido nunca y ese diálogo no acababa. Me preguntaba qué es lo que pasaba. Vivía un duelo imposible. Así que pensé en escribir un libro en el que escucháramos su voz. Decidí hacerlo en primera persona del singular, con su voz».

Por su parte, María Negroni, en conversación con este diario, subrayó que «El corazón del daño» «es un libro de duelo por la muerte de la madre. En realidad la génesis es curiosa. Una literatura argentina me había invitado a escribir sobre mi relación con los libros. Escribí la primera frase que empezaba “en la casa de la infancia no había libros”. Pero ese año murió mi madre y el proyecto quedó inconcluso. Le dije a la editorial que no estaba en condiciones. Pero empecé a escribir y se fue para otro lado, a recuerdos de infancia, a escenas. Así empezó. Pasó de la pérdida de la madre a cómo se forma una escritora».

Las relaciones entre Negroni y su madre no fueron buenas, algo que queda expuesto en las páginas de su nueva novela. Sin embargo, la escritora matiza sobre las que han sido sus intenciones porque «no creo en el ajuste de cuentas. No me interesan. Mi intención, lo que más me importante, es si la música del libro puede tocar a alguien, si puede sonar genuina, si las palabras pueden estar vivas».

La escritora María Negroni
La escritora María NegroniJoan Mateu Parra

Volviendo a Amélie Nothomb, con «Primera sangre» ha podido hacer el duelo que no le permitió el distanciamiento provocado por la pandemia. En este sentido, la escritora aseguró que «sí, he podido hacer este proceso de duelo. El libro existe. Gracias a este libro hice el duelo, pero esto va más allá. Mi padre murió bien, hizo bien su muerte. Al dejar de escribir este libro me dejó de hablar. Ha sido una muerte bien hecha por su parte».

¿Le ha servido «Primera sangre» a Amélie Nothomb para conocer mejor a su padre? «Creo que lo conozco mejor. Conviví con mi padre hasta 2020 y tenía la sensación de no conocerlo bien. Parece una paradoja extraordinaria, pro la muerte permite conocer la intimidad de este ser, conocerlo mucho mejor».

Volviendo a Negroni, ella rechazó la idea de que con «El corazón del daño» haya querido llevar a cabo una labor terapéutica. Para ello cita a Edgar Allan Poe quien aseguraba que las palabras son sepulcros animados. Por eso, la escritora matiza que «la literatura tiene que ver de manera muy compleja con la muerte. La relación entre vida y muerte es compleja. En “Otra vuelta de tuerca”, el relato de Henry James, cuando la institutriz logra que el niño le nombre al fantasma, el niño muere. Es una muerte de la infancia cuando puede nombrar». Negroni aseguró que «las palabras reemplazan el mundo. Hay un adiós a lo que se está narrando, aunque la obra sigue viva cada vez que un lector la lee. Para quien la escribió ya está». Por todo ello, y rechazando que sea un libro terapéutico, Negroni sostuvo que «la literatura es literatura» y, parafraseando al poeta brasileño Paulo Leminski, puntualizó que «la poesía es un inutensilio», añadiendo que «para resolver los problemas que aparecen en el libro ya hice terapia».

Volviendo a Nothomb, «Primera sangre» no es una novela sobre el dolor, algo que parece huir de lo que se puede encontrar habitualmente en librerías francesas. «Actualmente este libro va a contracorriente de lo que se hace en la literatura francesa donde se habla mucho de sufrimiento. Si mi padre me hubiera visto escribir de esta manera, me hubiera prohibido hablar de él como víctima».