Alimentación
Cinco sencillas maneras de comer más saludable
Es lunes y hoy es el día en el que comienzan las dietas, las horas de gimnasio y los buenos propósitos en general. La llegada del lunes es comparable con un la de un nuevo año, el momento estupendo para auto-engañarnos y repetir nuestra frase preferida: “de hoy no pasa”. Por eso he querido comenzar este lunes con estos cinco pequeños hábitos, sencillos de asumir, que te ayudarán en tus firmes propósitos para cuidarse de cada comienzo de semana. Pues eso, ¡feliz lunes!
Es lunes y hoy es el día en el que comienzan las dietas, las horas de gimnasio y los buenos propósitos en general. La llegada del lunes es comparable con un la de un nuevo año, el momento estupendo para auto-engañarnos y repetir nuestra frase preferida: “de hoy no pasa”. Por eso he querido comenzar este lunes con estos cinco pequeños hábitos, sencillos de asumir, que te ayudarán en tus firmes propósitos para cuidarse de cada comienzo de semana. Pues eso, ¡feliz lunes!
1. Comenzamos por las bebidas: siempre estamos preocupados por lo que comemos y casi nunca por lo que bebemos. Es posible que durante el día estés consumiendo bebidas procesadas que están cargadas de azúcar, como por ejemplo los zumos envasados, lo que promueve un aumento de peso. Lo ideal es comenzar el día con un vaso de agua tibia con unas rodajas de limón, café de forma moderada y, lo mejor, las infusiones (además de ser diuréticas, como el té verde, contienen gran cantidad de antioxidantes).
2. Comer comida de verdad: estamos muy ocupados, es verdad. Hay veces que incluso nos olvidamos de comer o sacrificamos ese momento tan necesario para nuestro cuerpo (y nuestra mente), en pro de seguir trabajando. Para solucionarlo, lo mejor es llevarse un tupper de comida preparada la noche de antes (porque así estaremos evitando la ansiedad que nos entra con el hambre “de comer cualquier cosa”) y también el hecho de pasar de la comida “porque no tengo tiempo”. ¡Claro que lo tienes! calentar el tupper son 2 minutos.
3. La importancia del desayuno: lo hemos comentado ya muchas veces con anterioridad, el desayuno es clave en una dieta equilibrada y, además, nos hará perder peso con más facilidad. Jamás, bajo ningún concepto, hay que saltarse el desayuno. Tómate tu tiempo y prepárate unas buenas tortitas de avena con huevos, yogur o un batido de frutas. Otra buena solución son unas deliciosas tostadas con aguacate acompañadas de un café. Una opción saludable que impedirá que a las 10 de la mañana atraques la máquina de snacks de la oficina.
4. Planificar la semana gastronómica: particularmente, este es el punto que más me ha costado asimilar ya que siempre preparaba las comidas y las cenas dependiendo de lo que hubiera en la nevera. Ahora dedico un ratito a la semana a equilibrar mis menús, sobre todo si tengo que llevarme la comida a la oficina. Es tan fácil como apuntar en un papel algunas ideas de menús donde predominen las verduras, las proteínas y las grasas saludables (como el aguacate del punto 3). Planificar los menús de la semana me ha hecho ganar tiempo a la hora de hacer la compra y seguir un control mucho más exhaustivo de lo que como.
5. Y cuando comas fuera... reconozcámoslo, no se puede comer de forma 100% sana y saludable los 365 días del año. Es una realidad. Aunque compaginar la vida social con una dieta equilibrada es difícil pero no imposible. Salir a comer fuera no solo es necesario sino que también es aconsejable, solo hay que resistir la tentación de arruinar nuestros logros. Mejor elige un restaurante donde puedas comer verduras, carnes o pescados cocinados de una forma saludable en lugar de acabar en una hamburguesería sufriendo por no poder comer ese plato enorme y sabroso de patatas fritas.
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