Emprendedores

Claves para financiar tu startup con crowdfunding

Siete de cada diez empresas cierran antes de los dos años, y el 70% se debe a la falta de financiación

Ana Barrera, encargada del departamento de marketing de Socios Inversores
Ana Barrera, encargada del departamento de marketing de Socios Inversoreslarazon

En los últimos años, la dificultad de acceso al crédito ha provocado la necesidad de crear alternativas a la financiación tradicional bancaria. Entre ellas, el crowdfunding está ocupando un importante puesto y se está consolidando con fuerza en España.

El pasado miércoles se celebró en Madrid On Rails un taller dirigido por Ana Barrera, encarga del departamento de marketing de Socios Inversores. En él, quiso poner de manifiesto las distintas características que encierra este tipo de financiación y el funcionamiento de la misma.

Como ya explicamos en el artículo anterior, el crowdfunding consiste en la recaudación de fondos por parte de varias personas a través de internet para poder llevar a cabo una idea empresarial. Existen diferentes tipos. El más extendido es por recompensa (reward), en la que las aportaciones las hacen mecenas y a cambio reciben una compensación. Un ejemplo es obtener el producto o servicio de manera gratuita o ser el primero en probarlo. Otra variante es por donaciones, en las que los donantes reciben simplemente la satisfacción de dar dinero a una causa que ellos consideren buena, ya sea científica, humanitaria o de otras características. En tercer lugar existe por préstamos (lending) en el que se les devolverá a los contribuyentes la totalidad de su inversión con un tipo de interés que fijarán entre ambas partes. Por último, la opción por inversión (equity) que ofrece acciones, participaciones o un porcentaje de beneficios de la startup.

En este tipo de plataformas intervienen diversos agentes según la fase en la que se encuentre el desarrollo de la empresa. Los más numerosos son los que se conocen como las 3F: Friends, Family and Fools. Se refieren a personas tanto de nuestro entorno como a desconocidos que, gracias a la difusión por internet, se han informado sobre el proyecto y quieren invertir en él. En estos casos, suelen participar en la primera fase del negocio con cantidades inferiores a los 50 000 euros.

En el crowdfunding también participan profesionales como son los business angel. Estos van en busca de una rentabilidad mayor y no sólo ofrecen financiación sino también networking y experiencia. Su desembolso supera los 50 000 euros y es algo más seguro, ya que el proyecto se encuentra en una fase más avanzada.

Por último encontramos las sociedades de capital riesgo, que destinan una gran aportación ya que su meta es entrar en la empresa y, cuando alcance un gran potencial, salir de ella para obtener grandes beneficios.

Presentación, campaña, negociación y cierre

Cualquier persona puede hacer parte de esta forma de financiación. En el caso de los emprendedores necesitarán una idea, un plan de ejecución y un compromiso. En cuanto a las PYMES, también pueden usar estas plataformas, ya sea para comenzar un nuevo plan o por necesidad de una inyección de dinero para desarrollarse, expandirse...

En ambos casos, además de un business plan, deberán explicar en un formulario para qué necesitan el depósito, la cuantía, a qué lo destinarán, cómo pretenden recuperarlo y, por supuesto, qué ofrecen a los mecenas como contraprestación. Antes de hacerse público, un grupo de analistas lo evalúa para ver la viabilidad del mismo. Tras la publicación, los inversores tendrán acceso a dicha información y se llevará a cabo una campaña de difusión, que variará según el tipo de proyecto. Presentaciones físicas, expansión por los distintos medios sociales...Todo movimiento que propicie fomentar y propagar las ideas de la plataforma son imprescindibles.

Uno de los miedos principales de muchos emprendedores es que sus ideas sean plagiadas al estar publicadas sin censura. Para su tranquilidad, sólo se divulga un formulario en donde conste las características imprescindibles del proyecto para que el inversor pueda sentirse atraído y quiera depositar dinero. Una vez que el interesado haya decidido contribuir o quiera tener una reunión con el emprendedor, será el momento en el que conocerá con exactitud todo el plan de ejecución y las distintas estrategias que, en principio, harán que la idea sea exitosa.

Claves de éxito para una campaña crowdfunding

Son muchos los que opinan que tener una idea revolucionaria, original o novedosa es lo más importante. Pero lo cierto es que los inversores, sobre todo profesionales, ven en esas características más puntos negativos que positivos. Lo que realmente les interesa es que el proyecto lleve tras de sí una buena estrategia de ejecución y de gestión. Es normal encontrarse temas similares o prácticamente iguales, pero en estos puntos es donde existe la mayor diferenciación y es lo que, al fin y al cabo, dará más o menos beneficios. Es por ello, que supone una tecla clave y fundamental a desarrollar.

También es esencial el equipo promotor, ya que si se considera que está formado por profesionales, con grandes conocimientos en la materia y cuya participación aporta una plusvalía a la empresa, muchos se verán confiados y lanzados para hacer parte de él.

Como es lógico, todo ello tiene que ir acompañado de una recompensa. Si invertir supone un gran riesgo, la retribución que ofrezcas debe ser mayor. La propuesta tiene que ser equitativa para los dos bandos.

En un principio, el mecena o inversor sólo verá el formulario, por lo que en ese corto espacio tendrás que diferenciarte del resto. No utilices tecnicismos, ve al grano, empatiza con el lector y explica con claridad aquellas cosas que le aportarán rentabilidad; ganancias, fiabilidad, profesionalidad, tu participación... Si no tienes los conocimientos necesarios sobre el tema para estudiar y realizar bien la propuesta, la mayoría de las plataformas ofrecen servicios adicionales por precios muy asequibles. Es mejor que desembolses dinero para este fin, porque luego saldrás ganando. En este sentido, ser original también puede ayudarte. Eso sí, sin excentricidades.

Por último, a la hora de tener una reunión con ellos no olvides que la mejor carta de presentación eres tú mismo. Tienes que saber posicionarte para poder vender tu proyecto. Para ello evidencia tu esfuerzo, todo el trabajo que hay tras de ti, tu confianza, tu ilusión y, sobre todo, la fiabilidad.