Sucesos
Adrián, declarado culpable de matar y descuartizar a su novia Nelea en Vinaròs
El joven de 22 años, enterró posteriormente a la chica en un terreno en Ulldecona (Tarragona)
El jurado declaró ayer por la noche culpable por unanimidad al acusado de matar y descuartizar a su pareja en Vinaròs (Castellón) en febrero de 2019, a la que después enterró en un terreno en Ulldecona (Tarragona).
Además, según han informado fuentes de la acusación a EFE, el jurado ha considerado probado que el asesinato se produjo con alevosía y con ensañamiento, y se contempla además como probada la agravante de género y parentesco.
El ensañamiento había sido solicitado únicamente por la letrada de la acusación particular, Laura Quesada.
El jurado deliberó durante todo el día de ayer después de concluir las sesiones del juicio que comenzó el lunes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón. Ahora el magistrado deberá dictar sentencia en concordancia con lo acordado por el jurado.
El Ministerio Fiscal y la acusación particular solicitan para el acusado una pena de 25 años de prisión por un delito de asesinato con la agravante de parentesco, ya que sostienen que el acusado -que tenía 22 años cuando ocurrieron los hechos- mató a su novia en la madrugada del 17 de febrero de 2019, después de que ambos hubieran cenado con unos amigos y acudido a una discoteca de Vinaròs, donde residían.
Después, sostienen, la mató a golpes y días después descuartizó su cadáver y lo enterró en una finca de Ulldecona (Tarragona) adonde lo transportó en bolsas de basura.
Durante la primera sesión del juicio declaró por videoconferencia desde Moldavia la madre de la víctima, que explicó que hablaba a diario con su hija y que notaba que tenía “miedo” y estaba muy delgada, por lo que le preocupaba mucho.
También explicó que la víctima -que tenía 26 años cuando fue asesinada- le dijo: “Mi muerte vendrá de manos” de su pareja, solo tres días antes de que desapareciera.
Una de las amigas de la víctima explicó en el juicio que ella fue testigo de una agresión por parte del procesado a la víctima, quien también le contó -del mismo modo que indicó otra testigo- que la había “secuestrado y encerrado” durante varios días en una vivienda que tenía el procesado en Sant Jordi y que también le quemó una maleta con ropa, del mismo modo que vio a su amiga marcas y moratones en el cuerpo. También contó que su amiga le comunicó que ella quería volver a Alemania pero el procesado “no la dejaba”.
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