Sociedad

Desalojan a una organización comunista que repartía alimentos en un edificio del centro de Valencia

La antigua sede de Unicaja se utilizaba también para alojar a algunas familias

Cuatro jóvenes miembros de la organización Esperanza Obrera, de ideología comunista, han sido detenidos a primera hora de esta mañana por resistencia a la Policía Nacional en el desalojo de un edificio que tenían ocupado en la céntrica calle Pintor Sorolla de Valéncia
Cuatro jóvenes miembros de la organización Esperanza Obrera, de ideología comunista, han sido detenidos a primera hora de esta mañana por resistencia a la Policía Nacional en el desalojo de un edificio que tenían ocupado en la céntrica calle Pintor Sorolla de ValénciaKai FörsterlingAgencia EFE

Cuatro jóvenes miembros de la organización Esperanza Obrera, de ideología comunista, y otras tres personas han sido detenidos a primera hora de esta mañana por resistencia a la Policía Nacional en el desalojo de un edificio que tenían ocupado en la céntrica calle Pintor Sorolla de Valéncia.

Fuentes de la organización Esperanza Obrera han informado a Efe de que, además de sus cuatro militantes, han sido detenidas al menos tres personas más, que habitaban el edificio, usado en los últimos meses como banco de alimentos y para alojar a algunas familias.

Al margen de las detenciones, el desalojo se ha desarrollado sin graves incidentes y, hacia las 12.00h, tras un diálogo entre la Policía Nacional, los ocupantes del edificio que habían sido desalojados han podido entrar en el mismo para recoger los alimentos y otros bienes de primera necesidad que tenían almacenados en estanterías en varias habitaciones.

Así, unas dos decenas de jóvenes han podido retirar multitud de bolsas, que contenían paquetes de pasta, azúcar, legumbres, latas y galletas, o pañales y toallitas de bebés, y que han depositado en la esquina del edificio, en la calle. Centenares de personas de edades muy diversas, algunas madres con niños pequeños, han acudido a la puerta del edificio con bolsas y carritos de la compra para recoger estos alimentos.

Mientras se desarrollaba el proceso de recogida, los manifestantes, concentrados frente al edificio, vigilado por cinco vehículos de la Policía Nacional y por agentes que se interponían entre los militantes y la sede desalojada, gritaban consignas contra “la izquierda del cambio” y lemas como “PSOE y Podemos desahucian al obrero”.

En un comunicado divulgado este lunes, Esperanza Obrera señala que “el pasado 10 de marzo recibimos una carta por la cual se nos notificaba el próximo desalojo de nuestro local en los próximas semanas”, “un procedimiento que el juez ha realizado de urgencia y que nos da unos plazos cortos para poder recurrir la notificación, en el cual se nos pintaba como un grupo okupa peligroso relacionado con el mundo de la delincuencia”.

El comunicado se indica que para hoy lunes 15 de marzo estaba anunciado “un macroreparto de alimentos para algo más de 300 familias”, una iniciativa de este colectivo que relata también cómo, en ocasiones anteriores, “las colas del hambre recorrían media Calle Pintor Sorolla”.

Varios portavoces de Esperanza Obrera han explicado a EFE que el desalojo se ha producido sin escuchar a las partes implicadas en un proceso que afecta a los derechos fundamentales de varias personas, como las que estaban viviendo en el propio edificio, y se han quejado de la brutalidad policial, mientras que han apuntado a que ningún responsable político, tampoco de PSOE, Podemos o Compromìs, ha atendido a sus peticiones de mediación.

Carmen, estudiante de Químicas, es voluntaria del banco de alimentos obrero, y ha explicado que “repartimos comida, pero también asesoramos en asuntos de vivienda. La semana pasada nos llegó una notificación de los juzgados anunciando que nos desalojaban. Creemos que se está defendiendo a una familia multimillonaria frente a personas en situación de vulnerabilidad”.

M., una joven de 24 años que vive con dos niños y sus abuelos, que tienen una pensión mínima y a los que también cuida, y que en un carro de la compra se llevaba hoy galletas, latas y pañales, ha señalado que “necesito ayuda” y “es la segunda vez que vengo. Me lo dijo una amiga, ayudan un montón, me parece super injusto que los echen cuando no están haciendo nada malo. Yo trabajaba antes de la pandemia, me echaron, cobré dos meses y hasta ahora. Y yo no puedo estar sin cobrar ni trabajar”.