Pandemia

El reducto municipal que resiste al covid sigue firme: 21 de 542 pueblos

Ubicados la mayoría en enclaves naturales del interior

En la imagen, Sempere, municipio de la comarca valenciana de La Vall d'Albaida con apenas 28 personas censadas.
En la imagen, Sempere, municipio de la comarca valenciana de La Vall d'Albaida con apenas 28 personas censadas.Natxo FrancésAgencia EFE

Ni siquiera llegan al cuatro por ciento de los municipios de la Comunitat Valenciana y se mantienen firmes a la hora de dar esquinazo a la pandemia del coronavirus: son 21 de 542 pueblos de la Comunitat Valenciana los que siguen esquivando a la covid-19.

Ese reducto municipal se ha mantenido invariable en los últimos dos meses después que durante los cuatro meses y medio anteriores, la cifra de pueblos “limpios” de contagios se hubiera reducido a menos de la quinta parte: de los 115 que había en antes del puente de octubre, más del 21 por ciento, a los 21 (3,87 por ciento) de finales de febrero.

A una semana de que se levante el estado de alarma el 9 de mayo y con los datos de la Comunitat Valenciana en ligero repunte aunque aún en riesgo bajo, estos pueblos mantienen su inmaculada trayectoria sin positivos, reforzada por un proceso de vacunación que ya ha cubierto a gran parte de su población.

Así lo confirman los alcaldes de algunos de ellos, ubicados en general en enclaves naturales del interior, con una media de población de apenas un centenar, aunque una docena de ellos ni siquiera llega (según el censo del INE de 2018) y con la mayoría de vecinos gente mayor, que suman 2.500 personas, el 0,05 por ciento del total de habitantes de la Comunitat.

La alcaldesa de Sempere, María Dolores Ortolá, cuenta a EFE que en el municipio vive actualmente una veintena de personas -aunque hay censadas más- y que salvo un matrimonio más joven con su hijo y otro hombre, el resto son personas mayores y “prácticamente todos están vacunados, aunque a alguno le falta la segunda dosis”.

“Hemos aguantado por el momento, porque los pueblos de alrededor sí que han tenido casos, y ahora con la vacuna esperamos que ya no nos llegue”, resalta.

En el municipio alicantino de Famorca, en la comarca de El Comtat, viven 45 personas y “solo falta por vacunar a un 10 por ciento, la mayoría ya tiene las dos vacunas”, apunta a EFE su alcalde, Vicente Ruiz, que valora que “la gente mayor está más segura para poder salir de casa, ya van a misa y se les ve alegres de estar vacunados”.

En Castell de Cabres, en el Baix Maestrat (Castellón), la media de edad es más joven, aunque de los once habitantes que tiene actualmente ya han vacunado a tres y, aunque “ahora están llamando a los de entre 60 y 70 años, aún queda alguno menor de esa edad pero la vacuna será muy importante y dará tranquilidad”.

De estos 21 municipios ajenos hasta el momento a la pandemia, según los datos de la Generalitat actualizados a 28 de abril, 10 son de la provincia de Castellón (el 7,4 por ciento de sus 135 municipios), 5 de la de Valencia (1,87 por ciento de 266) y 6 de la de Alicante (4,1 por ciento de 141).

Los cinco pueblos sin covid de la provincia de Valencia son Aielo de Rugat (155 habitantes), Castielfabib (306), Puebla de San Miguel (61), Sempere (35) y Vallés (57).

Benifato (149), Benillup (94), Bolulla (418), Confrides (208), el Castell de Guadalest (209) y Famorca (53) son los seis municipios de la provincia alicantina que resisten sin contagios desde el inicio de la pandemia.

En las comarcas castellonense se mantienen sin coronavirus diez municipios: Arañuel (146), Castell de Cabres (17), Fuente la Reina (49), Fuentes de Ayódar (94), Herbés (49), Ludiente (155), Palanques (31), Sacañet (59), Torralba de Pinar (54) y Zorita del Mestrazgo (112).

Entre los más grandes se encuentran los alicantinos de Bolulla, Confrides y Guadalest o el valenciano de Castielfabib, que superan los 200 habitantes, mientras que rondan los 150 otros como Aielo de Rugat (Valencia), Ludiente o Arañuel (Castellón) o el alicantino Benifato.

En su mayoría son municipios sin apenas ocio, que en muchos casos no tienen tiendas ni servicios, con visitas del médico alguna vez por semana y apenas con un bar, si lo tienen, y en los que sus vecinos han vivido prácticamente confinados en ellos y haciendo buen uso de las mascarillas y distancias de seguridad.

Y ahora, con la “alegría” y la “seguridad” de estar en su mayoría vacunados y cuentan con una herramienta para resistir sin contagios toda la pandemia.