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Con el máximo apoyo

La Razón
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Llega la hora de la verdad. El momento de seducir y de comprobar si la candidatura de Madrid 2020 recibe por fin el visto bueno del Comité Olímpico Internacional. Es tiempo de reflexión y de recordar el apoyo unánime, sin fisuras, de todo un gran equipo de trabajo que ha luchado día, tarde y noche por ver a Madrid como sede de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Madrid 2020 ha disfrutado del respaldo de todas las instituciones públicas. La Casa Real, con la empatía del Príncipe Felipe como referente, ha empujado un proyecto hasta colocarlo a la par de sus competidores, en la disposición de ganar. La ayuda del Gobierno central cabe calificarla de histórica. No ha regateado ningún esfuerzo el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en los meses precedentes, y estará en Buenos Aires el próximo 7 de septiembre, arropado por los ministros Wert, Soria y García- Margallo.

La Comunidad de Madrid, con Ignacio González y Lucía Fígar; el Ayuntamiento de la ciudad, con la dirección y el entusiasmo encomiable de Ana Botella, y el discreto e intenso trabajo de Fernando Vilallonga. Todas las administraciones han colaborado con sus recursos. En armonía, garantizando a partes iguales la financiación de unos Juegos austeros y dinámicos. Faltando siete años para el evento, ese respaldo total exige que el principal partido de la oposición esté incluido. Con tanta responsabilidad como generosidad, el PSOE ha apoyado la candidatura, ofreciendo además un activo tan interesante como la participación de Jaime Lissavetzky, tan conocido en este ámbito por su trabajo en las dos candidaturas anteriores.

La candidatura ha conocido que contaba con este apoyo total, y ha administrado su uso como ha entendido oportuno. Así también cuando para cumplir con todos los requisitos solicitados por el Comité Olímpico Internacional ha visto como la otra urgencia que solicitaba en su ideario –la lucha contra el dopaje– fue resuelta por este Gobierno con celeridad a través de una nueva Ley de Protección de la Salud en el Deporte, que desde la WADA ha sido puesta en valor por sus expertos, y que fue igualmente apoyada por la oposición.

El Gobierno ha cumplido con seriedad todos sus retos. Y lo ha hecho desde un segundo plano, sin hacer ruido, interpretando a menudo un papel secundario, pero eficiente. Perfil bajo, con determinación. Sin grandes fotos, sin presumir, el Gobierno ha dado pasos firmes y ha cumplido con rigor la interpretación de lo solicitado por la candidatura. Además, es el momento de recordar el trabajo de toda una década, de mucha gente que ha estado persiguiendo este sueño en las anteriores candidaturas, y cuyo legado fue la ventaja con que partió el actual proyecto. Contamos con una alternativa de fuste, Madrid 2020 cuenta con el afecto y el cariño de una ciudad que se ha volcado desde el primer minuto. Suma ya 60.000 voluntarios, camina con ilusión hacia los 65.000 y reflejan la disposición de un país que desea repetir la atmósfera de Barcelona'92. España es un número uno mundial en la organización de eventos. Nuestros deportistas son excelentes, son competitivos, pero también es un exponente universal en los despachos, en la puesta en marcha de proyectos hermosos, que son alabados en todo el planeta.

Madrid 2020 es un reto que vertebra a España en un desafío que cuenta con casi todas las infraestructuras tangibles. Una ciudad abierta, reclamo del turismo mundial, con una asombrosa propuesta de comodidad para los deportistas en plena competición. Los atletas no pueden estar en mejores manos. Madrid 2020 los cuidaría. Ellos lo saben. Nos queda un último esfuerzo. Un paso más. Madrid merece el premio.