Estreno
Congreso de videojuegos
«Rompe Ralph» reúne a personajes de distintas compañías y épocas
En estos días más que nunca es fácil constatar lo complejo de sentar a distintas generaciones a la misma mesa. «Rompe Ralph» es el último intento de Disney por lograrlo. Para ello nos ataca por un flanco realmente débil: la memoria emotiva. Gracias a la varita mágica del gigante de la animación, personajes de videojuegos que han entretenido a padres y ahora a hijos comparten aventuras. Todo empieza cuando Rompe Ralph, el malo del juego «Repara Félix, junior», un clásico de los 80 de apenas 8 bits, se cansa de ser el apartado de su pantalla, simplemente porque todo lo que toca se troncha. La ira le lleva a no regresar a su sitio cuando la sala de recreativos abre y acaba en un juego de karts donde la pequeña Vanellope, mucho más espabilada y deshinibida que las niñas de su juego, tiene prohibido competir por un defecto de fábrica: «Conozco lo que es ser niño y padre. En Ralph, el personaje principal, se sentirán reconocidos ambos, porque, por un lado, sufre la crisis de los 40, pero, por otro, como a los pequeños, les pasa que todo lo que toca se rompe», asegura el director, Rich Moore, curtido en series.
Félix, el héroe del juego de Ralph, comprende que sin él nunca gozará de popularidad ni de oficio, pues su única misión es arreglar lo que el grandullón destroza. Así que sale en su búsqueda, y tropieza con Calhoun, una sofisticadísima mujer guerrera del videojuego de 2000 «Half-Life» con todo su despliegue gráfico. Y, para sorpresa de todos, se enamoran.
La ausencia de Mario Bros
El proceso de búsqueda de los distintos personajes por las compañías de videojuegos fue intenso al principio, según cuentan sus creadores, hasta que los estudios vieron las posibilidades que tendría el filme y fueron los que ofrecieron a sus criaturas. Aun así algunos han faltado: «Nintendo estaba muy emocionado con la idea de que Mario Bros entrara a formar parte de la historia como otros personajes del cuento, pero no encontramos el hueco justo. En un momento dado pensamos que era mejor decidir nos en favor de la historia que no acumular personajes», continúa.
Como en otras producciones de Disney desde que Lasseter se incorporó al estudio, es inevitable ver la mano del genio de Pixar, como admite el director: «Lasseter me pidió que siguiera tal cual, que no me dejara impresionar ni me esforzara por lograr un estilo Disney, pues la forma de hacer ahora la definen las personas que pasan por allí y no el fundador del estudio».
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