Larga vida al IVAM
El IVAM, uno de los centros de referencia del panorama expositivo nacional, cumple veinticinco años. La Reina presidirá la efeméride
Tal día como hoy, en 1989, Doña Sofía inauguraba las salas de un centro de arte periférico, un museo que se convertiría con el pasar del tiempo en un referente, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). 25 años después tendremos frente a nosotros una imagen similar: la Reina junto a un centro de arte que pronto alcanzó su mayoría de edad, se convirtió en referencia artística y demostró tener un sólido programa expositivo que lo convirtió en santo y seña. Todos y cada uno de sus responsables supieron hacer del centro un parada obligada para saber qué se estaba cociendo dentro del mundo del arte, tanto en España como fuera de nuestras fronteras. Arranca el IVAM con Tomás Llorens a la cabeza, que lo pilotó entonces como director general de patrimonio en 1988. Ya al año siguiente es Carmen Alborch quien lo dirige hasta 1993. Durante dos años le corresponde llevar el timón (de 1993 a 1995) a José Francisco Yvars. Le sustituye Juan Manuel Bonet hasta 2000. Desde ese año y hasta mayo de 2004 ocupará la dirección del IVAM Kosme de Barañano. Y desde mayo de 2004 hasta hoy es Consuelo Císcar la máxima responsable del centro.
Contenido para un continente
El museo, aunque somos conscientes de que el término se queda francamente pequeño, nació con las ideas claras: se buscó contenido a un continente. La creación española nacional y nombres de referencia de fuera de nuestras fronteras ocuparon sus salas. De estas épocas fue importante el grupo inaugural de exposiciones sobre las colecciones y focos de interés del IVAM: Julio González, Informalismo español, Renau y el fotomontaje –la fotografía ha sido uno de los focos de atención del centro–, los dibujos de Picasso, Equipo Crónica y José María Sicilia. Fueron hitos importantes las compras y donaciones de los años 84 al 89, cuando Llorens forma el germen de la colección; la exposición de Sorolla le dio una enorme popularidad al IVAM; «Paris, 1930», sobre el entorno de Julio González; las dedicadas a Rosenquist, Oldenburg y los Barceló, Quejido Tony Cragg de los 90; Bonet incluyó exposiciones memorables sobre Erik Satie, el Ultraísmo, «Infancia y Arte Moderno», e incidió en fotógrafos como Plossu, Larrain y Horacio Coppola. Otras muestra para el recuerdo es la que se celebró el año pasado sobre la obra del pintor Rafael Canogar.
La exposición de más de cuatrocientas obras que hoy se presenta es una y trina. Lo explicamos, pues se trata de una muestra dividida en tres tramos: parte de las vanguardias y finaliza con artistas de esta centuria. Obras de Julio González, Brancussi, Pablo Gargallo se alternan en un discurso bien hilado con piezas de Moholy-Nagy, Rodcheko o Popova. Richard Serra, Gordon Matta-Clark, ya en los 90 del siglo pasado, cederán el testigo a Tony Oursler, Tony Cragg, Miquel Navarro y Natividad Navalón. Están todos los que son. «Es un recorrido exhaustivo por la creación que no deja nada fuera. El esfuerzo ha sido grande y me siento bastante orgullosa de cómo Francisco Jarauta, que es el comisario, le ha dado forma al discurso», asegura Consuelo Císcar. «El centro se puso en pie con las ideas muy claras y bien asentadas, ya que al tiempo que se diseñaba el continente, el edificio, se iba montando el contenido del que se quería dotar», asegura Císcar, quien no quiere dejar de mencionar a los profesionales que la han precedido: «Todos ellos supieron imprimir su impronta y su sello para conseguir que tuviera el prestigio buscado».
Nuevas tecnologías y Latinoamérica
Hoy estarán casi todos los que han sido responsables del museo, puesto que Juan Manuel Bonet, actual responsable del Instituto Cervantes de París, no podrá desplazarse hasta la capital valenciana, aunque su espíritu estará en Levante. ¿Le queda alguna exposición pendiente a su actual directora? «Claro que sí, quedan muchas cosas aún por hacer. Es un museo que no va a morir nunca, está muy asentado y es difícil que se tambalee. Larga vida al IVAM», dice subrayando bien las palabras, al tiempo que recuerda que se han hecho en estos 25 años 604 exposiciones. Al hablar de las líneas expositivas de la programación, Císcar no lo duda: «El trabajo en red, la apuesta por las nuevas tecnologías y su aplicación a la creación y la colaboración constante con Latinoamérica». Y añade: «Si hay algo que ha caracterizado a este centro es el rigor artístico y que es muy querido por los coleccionistas».