"Spider-Man: lejos de casa": Necesito unas vacaciones
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Dirección: Jon Watts. Guión: Chris McKenna, Erik Sommers. Intérpretes: Tom Holland, Jake Gyllenhaal, Marisa Tomei, Samuel L. Jackson. EE UU, 2019. Duración: 129 min. Acción/Fantástico.
Que suene la mítica canción de «El guardaespaldas» durante los títulos de crédito promete, y si la película está dedicada «in memoriam» a los superhéroes de Marvel ya caídos en combate, ni les cuento. Tras el llamado «Lapso», que barrió de la Tierra a miles y miles de personas que regresaron, como si nada hubiese ocurrido y con la edad que tenían antes de desaparecer, cinco años más tarde, Peter Parker, o sea, Spider-Man (que interpreta de nuevo un exacto, apasionado e inocentón Tom Holland) es en la presente secuela de la realizada en 2017 ese atolondrado, encantador e inmaduro adolescente que decide, mientras huele un par de calcetines quizá ya usados, descansar de tanta proeza y también de su protectora tía (Marisa Tomei) para ir de viaje a varios puntos de Europa con los amigos y el resto de compañeros de instituto, entre los que se encuentra una jovencita por la que el chico está completamente colado. Cosas de la edad, aunque de tus manos aparezcan telas de araña. Pero las vacaciones de verano que parecían inolvidables en otro sentido darán un giro tremendo cuando aparezca el enigmático Nick Furia (Samuel L. Jackson) porque tiene un trabajito para Peter, ya que Los Elementales, unas criaturas enormes de arena, piedra, agua y fuego, están destruyendo cuanto se les pone por delante, incluyendo una Venecia a la que solo le hacía falta que estos villanos se cebaran con ella. Pero hay más novedades, como la reaparición de Mysterio (Jake Gyllenhaal, pérfido y grande), de manera que nuestro protagonista deberá asumir toda la responsabilidad y salvar al viejo y sudado continente ahora que el socarrón e irónico Iron Man ya no está y convertido en una especie de Vengador jefe aunque tenga acné yuna inseguridad en sí mismo importante. Con un SpiderMan que se debate entre llevar a cabo la misión o declarar su apasionado amor a esa muchachita enérgica, su regreso posee un gran sentido del humor y escenas de acción grandilocuentes que el director sabe introducir y dosificar en esta en el fondo comedia romántica «teeneger» con un regusto, he ahí esos fieles e ingenuos colegas pegados a él, inequívocamente ochentero. Y memorable, en fin, ese Spiderman haciéndose selfies cuando vuela de una punta a otra de la ciudad con el ego igualmente por las nubes. Si este es el nuevo camino de la saga, y que nos perdone Sam Raimi, cuyo bichito fue también memorable, por nosotros, perfecto.