Un juego en el que todos ganan
Inés de León estrena «¿Qué te juegas?», una atípica y particular historia de amor
Inés de León estrena «¿Qué te juegas?», una atípica y particular historia de amor
En determinadas ocasiones el tiempo es tan relativo que un mes parece un intervalo más que suficiente para enamorarse, desasirse, tropezarse, enredarse, mentirse, pensarse y volver a empezar. La joven directora y guionista madrileña Inés de León intenta hacer una radiografía emocional de todas estas contradicciones en su ópera prima «¿Qué te juegas?». A través de una historia fresca y relajada en la que chico conoce a chica, la realizadora intenta desprenderse de todos los tópicos y roles de género que predominan en la comedia romántica y reescribe el manual de los sentimientos con el humor como principal aliado. «Hubiese querido hacer una película hace muchísimos años pero ahora por fin me han dado el dinero para poder llevarla a cabo. La experiencia de haber dirigido más de veinte cortometrajes me ha ayudado a ser más efectiva y creo que a pesar de tratarse de una primera película, quizás no lo parece tanto porque en ella se puede apreciar ese estilo definido y personal que venía haciendo antes. Llevo mucho tiempo currando en el circuito underground», comenta entusiasmada al tiempo que reivindica la importancia de la presencia femenina detrás de las cámaras; «El problema es que no tenemos referentes. Cuando era pequeña me encantaba el cine, pero de forma inconsciente no me sentía con el derecho de querer ser directora porque veía que los que triunfaban siempre eran hombres como Amenábar o Julio Medem. Mi único referente era Sofia Coppola pero incluso su éxito parecía consecuencia directa de su procedencia y no de su talento. Uno desea lo que conoce. Por eso es importante conocer el nombre de más mujeres ».
La cura del humor
Son ellas precisamente quienes asumen el peso interpretativo de un divertido relato que narra las andanzas de Isabel (Leticia Dolera), una monologuista con tendencia a las ilusiones tardías y cierta propensión a comerse el mundo que se topa con Roberto, un snob ególatra, narcisista y superficial interpretado por un Javier Rey en estado de gracia que acabará contratándola para que conquiste a su hermana (Amaia Salamanca) en menos de un mes y ganar así una apuesta en la que está en juego el futuro de la empresa familiar que ambos dirigen. Una cinta que utiliza el elemento de la risa como amortiguador del dolor en tiempos de frío porque tal y como asegura Inés «el último monólogo en el que Leticia habla de un corazón roto lo escribí yo y está basado en hecho reales (risas). Todos sangramos, todos lloramos, todos tenemos hambre. El humor nos sirve para empatizar con todo aquello que compartimos».