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La cocina se une en Los Soprano para homenajear a James Gandolfini

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Alguno de los jóvenes cocineros que marcan tendencia se han rendido un homenaje a Gandolfini en una orgía de platos de inspiración italia
Algunos de los jóvenes cocineros que marcan tendencia en el universo gastronómico barcelonés se han reunido hoy en el restaurante Los Soprano de Gavá para rendir un homenaje a James Gandolfini en una orgía de platos de inspiración italiana.
El chef Òscar Manresa, que regenta Los Soprano y que ha impulsado este homenaje 'deconstruido' al malogrado actor protagonista de la popular serie de la HBO James Gandolfini, ha explicado a Efe que "todo nació cuando murió en junio Gandolfini, un grande de la cocina, que le gustaba comer y que murió comiendo".
Cuando Manresa invitó a sus 'amigos' cocineros a este homenaje gastronómico, todos respondieron con entusiasmo a la iniciativa, "y eso que lo fijamos en un lunes, que es el día de descanso de sus restaurantes".
Aunque por los exigentes horarios de la profesión, no todos los cocineros siguieron la serie, en su mayoría han buscado la inspiración "en la cocina italiana de la 'mamma'".
La única premisa que Manresa exigió a sus cocineros invitados es que prepararan platos genuinamente italianos como el ossobuco, la pizza o la lasaña.
Por esa razón, cocineros estrellados como Albert Raurich, chef del Dos Palillos, todo un especialista en cocina asiática, ha presentado un risotto con hongos "aprovechando la temporada de setas", algo que él mismo dice, "no es tan raro, pues los tres primeros restaurantes en los que empecé cuando salí de la escuela, eran italianos".
Más acostumbrado a la cocina italiana, Fabián Martín, considerado el mejor pizzero del mundo, se ha plantado en Los Soprano con unos churros de masa de pizza con nata y chocolate, una solución socorrida que nació, como ha explicado a Efe, de los días en los que le pedían hacer pizzas y "cuando llegaba a los sitios no había horno para cocinarlas; de este modo, comencé a pensar recetas que necesitarán simplemente un poco de aceite caliente en una sartén".
Sin abandonar el dulce, el pastelero Cristian Escribà ha elaborado el típico 'cheesecake' neoyorquino con las dulces siluetas de los edificios emblemáticos de la Gran Manzana vigilados por los personajes de la serie.
Y tan icónico como el pastel de queso es la ensalada César, por la que ha optado el antiguo chef del Vía Veneto Carles Tejedor, ahora metido en aventuras asiáticas.
Recién conseguida su primera estrella Michelin, el jefe de cocina del Tickets, el restaurante de Albert Adrià, ha rendido homenaje a Gandolfini con una minipizza que combinaba algunas hierbas naturales, con mermelada de limón, una espuma de parmesano congelado y caviar de aceite de avellanas.
En esos viajes de ida y vuelta entre la forma y el contenido, Montse Estruch (El Cingle) ha elaborado unas croquetas de pizza, y Giuliano y Franco Lombardo han propuesto su versión del tiramisú.
El homenaje ha concluido con un espectáculo en el que unos actores evocaban a unos familiares de Tony Soprano que asisten al velatorio, un funeral que en el que los italianos pierden un maletín lleno de dinero a manos de la novia del hijo, una integrante de la mafia rusa, como ella misma ha proclamado pistola en mano.
Si los Soprano de la serie se dedican a recoger basura, no puede ser menos apropiada la arquitectura de Los Sopranos, un restaurante a medio camino entre la estética garaje y el loft industrial, en el que todo el mobiliario está hecho con materiales reciclados como palés de madera, neumáticos de camión, contenedores de mercantes o bidones. Y en las pantallas de televisión, se puede visionar la serie.
Curiosamente, ninguno de los reputados chef hoy reunidos en Gavá se ha atrevido con las gambas o el foie gras que Tony Soprano se llevó a la otra vida en su última cena en Roma.