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Literatura

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Constanza es nombre de lago

Constanza es nombre de lago
Constanza es nombre de lagolarazon

Son pocos los escritores europeos que han incursionado en el cuento, un género con tanto afán de perfección, y que hayan hecho con él una obra artesanal como el suizo Peter Stamm: cuentos de etiqueta clásica, con un puñado de personajes que se mueven en la cotidianidad más inmediata y perfilados por un narrador de estilo gélido, de frases cortas y cortantes y atento, especialmente, al más mínimo detalle. Cuarto libro de cuentos tras «Lluvia de hielo», «En jardines ajenos» y «Los voladores», en este libro Stamm (que también ha firmado cuatro novelas) ofrece diez textos que giran alrededor de un sitio determinado: Seerücken, al sur del lago de Constanza, de donde es originario el autor y donde sitúa a sus personajes: hombres y mujeres rodeados por la incertidumbre y enlazados por las complejas, y a veces temibles, relaciones humanas.

Así, en estos textos que bordean la trama con diálogos breves y fulgurantes, aparecen mujeres como Lara, una joven que se va a vivir con su novio y tiembla de miedo cuando piensa que sus dulces sueños pueden terminar en pesadilla; hombres como el eslavista que llega a un balneario donde espera trabajar un par de semanas en la obra de Gorki pero queda envuelto por los encantos de una mujer; parejas que se desestabilizan durante unos días de vacaciones; o niñas extrañísimas como la que, «En el bosque», deja su casa, sus padres, su escuela y se marcha a vivir a un lugar lejano y solitario, entre los árboles.

Personajes, todos, extraídos de la vida contemporánea, con sus cuotas de ansiedad y sus dosis de fracaso, pero que, captados por la prosa minimalista y sugestiva de Stamm, se asemejan a perlas fugaces danzando en el abismo.