“El juramento de sal”, la novela negra que está causando sensación

El género noir está de enhorabuena con la irrupción de Alberto Cerezuela. El creador de Editorial Círculo Rojo, la editorial de autoedición más importante de Europa a la hora de publicar un libro, nos deleitó hace dos años con “El refugio de los invisibles”, su primera incursión en la ficción. Ahora vuelve por todo lo alto con un libro que no está dejando indiferente a la crítica.

El argumento central es la desaparición de Inés Velázquez, una niña de siete años que es raptada en medio de una fiesta en el vecindario de las salinas de San Rafael, un barrio residencial de Roquetas de Mar (Almería). Tras ese pistoletazo de salida, la narración transcurre en tres épocas donde se entremezclan el mundo romano, no en vano allí se sitúa el yacimiento de Turaniana; los años noventa y su cultura, puesto que los protagonistas de la novela se conocen en esa época; y la investigación policial a cargo de la inspectora Reyes Martínez, un personaje muy bien construido, y su equipo del Grupo de Homicidios de la Policía de Almería.

Aunque la excusa sea encontrar a la pequeña, las páginas de “El juramento de sal” no solo esconden la investigación, sino que también confluyen aspectos como la historia que a veces tenemos delante y obviamos, las obsesiones, el primer amor, el fanatismo y, como no podría ser de otro modo viniendo de este autor, todo lo que tiene que ver con el misterio y lo oculto. De hecho, la trama central de la novela sorprende precisamente en este aspecto, ya que toca creencias romanas y prerromanas en torno al Más Allá.

Un punto fuerte es la construcción de la trama, ya que, de buenas a primeras, nos vemos inmersos en una tela de araña que nos atrapa lentamente hasta la mitad del libro, para luego cambiar en un sinfín de giros inesperados que consiguen sorprender, incluso, a los lectores más experimentados de este género. El libro se desarrolla en capítulos breves con frecuentes giros de guion, pistas falsas, pasiones, rituales paganos, arqueología y fragmentos olvidados del pasado. La historia no deja tregua y nos conduce hasta “el primer amor, el primigenio, el que mezcla la inocencia con los instintos, el único por el que merece la pena dar hasta la propia vida”