Mundial de Clubes

Feria de Hogueras
El efecto Morante también se dejó notar y a su reclamo el cuarto festejo de Hogueras registró una gran afluencia de público. Se llenó la sombra y quedaron muy pocos huecos en el sol. Y es que había que ser muy aficionado, y muy valiente, para aguantar en la solanera.
Aunque por ver al de La Puebla, lo que sea, pensó la concurrencia, que ya aplaudió a rabiar los faroles con que recibió a su primero, al que se le dio duro en el caballo. Ataviado con un terno que recuerda a los que su admirado Gallito lucía hace más de un siglo, fue desgranando un primer trasteo que fue una sucesión encadenada de detalles que rezumaban torería para ir reconduciendo el cierto desinterés que mostró el animal en los primeros compases de su lidia. No se desmoralizó por un desarme; ni se dejó impresionar por una colada. Poco a poco le fue pudiendo hasta que el toro se rajó cuando ya le había sacado todo, dejando luego otra estampa de tiempos pasados cuando acompañó a su oponente en su agonía.
No le gustó el cuarto, inhibiéndose de su lidia en el primer tercio mientras arreciaban las protestas ante la endeblez del morlaco que, la verdad, no podía con el rabo. No hubo luego dudas y tras coger la muleta cogió también el estoque y se deshizo de él en menos de lo que tardo en contarlo.
Perfectamente colocado y atento, Morante se llevó la primera gran ovación en el primer turno de Manzanaresal quitar de manera muy oportuna a uno de sus subalternos que había cado ante la cara de un toro manso que en la muleta tuvo muy buen son y que permitió al torero alicantino un quehacer muy vistoso y estético, siempre a más y que fue recompensado con amplia generosidad.
Renqueó visiblemente el quinto, al que se cuidó mucho en el peto. Tampoco le forzó su matador, que muleteó sin profundizar en series cortas y con intermitencias, sin llevar atrás los muletazos y buscando más la estética que la eficacia, siendo lo mejor de su labor la formidable estocada con que le puso el punto final y que le valió otras dos orejas. La tierra tira y si te llamas Manzanares, mucho más.
Quiso despedirse Cayetano de Alicante con honores y brindó al respetable la muerte de su primero, toro berreón y un tanto descompuesto de salida pero que en el último tercio tuvo fijeza buen son, cualidades que aprovechó su matador en parte, puesto que si trató de dar ligazón a su toreo imprimió demasiada velocidad en ello, dejando que fuese el toro el que llevase la iniciativa. Falló también a espadas y todo quedó pendiente para el final.
Pero no pudo ser. Tras algunas probaturas pareció que lograba fijar al sexto en los medios, pero su antagonista no estaba por la labor y enseguida tiró para las tablas, teniendo que perseguirle para ir robando algún que otro muletazo sin conexión ni enjundia. Voluntad sí, pero brillo, nada.
Lunes 23 de junio de 2025. Plaza de toros de Alicante. Cuarta de feria. Casi lleno.
Morante de la Puebla, de botella y oro, entera, oreja; estocada corta, ovación.
José María Manzanares, de pavo y oro, estocada, dos orejas; entera, dos orejas.
Cayetano, de turquesa y azabache, pinchazo, estocada, dos descabellos, aviso, ovación; pinchazo y estocada, aviso, ovación.
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