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Mariah, todo lo que queremos por Navidad

Con casi 25 minutos de retraso y en medio del nerviosismo del respetable, apareció la diva con un vestido blanco con alas de ángel a la espalda poniendo a todo el público en pie

Mariah Carey apareció en el escenario con un vestido blanco con alas de ángel a la espalda. Sería el comienzo de una noche muy especial / Foto: Óscar Lafox
Mariah Carey apareció en el escenario con un vestido blanco con alas de ángel a la espalda. Sería el comienzo de una noche muy especial / Foto: Óscar Lafoxlarazon

Con casi 25 minutos de retraso y en medio del nerviosismo del respetable, apareció la diva con un vestido blanco con alas de ángel a la espalda poniendo a todo el público en pie.

Mariah Carey conquistó ayer Madrid, su cielo y el corazón de los miles de fans que se agolparon en el WiZink Center para disfrutar de su icónica voz tras 18 años sin actuar en nuestro país. Y es que, a pesar de sus más de 20 años sobre los escenarios y de algunos agudos que denotaban que ha perdido algo de su voz, la artista demostró por qué es la mujer que más discos ha vendido en la historia, con más de 220 millones de copias y 18 números uno.

Y lo hizo en el tan concurrido escenario del centro de la capital adornado con multitud de luces, motivos navideños, regalos y rodeada de más de 7.500 de sus fans ansiosos de oír una voz que tan poco frecuenta nuestro país, siquiera Europa. La ocasión supuso el cierre de la gira de este 2018 «All I want for Christmas is you», dedicada en su mayoría a su repertorio navideño.

Con casi 25 minutos de retraso y en medio del nerviosismo del respetable apareció la diva con un vestido blanco con alas de ángel a la espalda poniendo a todo el público en pie. Así comenzó su «performance» con la cálida «Stark! The Heral Angels Sing», seguida de la conmovedora «Charie Brown Christmas» y «Oh Santa». En los entre tiempos de estas canciones la artista exclamó un sonoro «I love you» y un «Hola Madrid» que desataron la locura y los gritos de un público entregado.

Acto seguido sonó «Christmas (Baby Please Come Home)» y «Jesus Oh What a Wonderful Child», rodeada Carey de un coro gospel vestido de blanco. En la ya tradicional «Silent Night», la cantante cambió sus alas por un gorro que terminaba en unos pompones que le colgaban a ambos lados del vestido. Tras ello, procedió a cantar «Joy to the world». En el estribillo alentó al público que siguió el ritmo dando palmas vibrando todo el WiZink Center. Le siguió «When christmas comes», donde fue levantada al cielo de Madrid por un grupo de bailarines que la sostuvieron en volandas. Tras ello interpretó «The Star», publicada con motivo de la película del mismo nombre en octubre de 2017 mientras se exponían de fondo imágenes del «filme».

Con «Here comes Santa Claus» se presentó por primera vez la icónica figura, que se unió a las acrobacias de unos bailarines mientras la artista reaparecía con un vestido rojo para entonar «Christmas Time is in the Air again» y «O Holy night».

Acto seguido, en un acto ya típico del carácter de Carey, se saltó el guión con un «no suelo cantar esta canción en conciertos», e interpretó su éxito mundial «Emotions» desatando la locura total en el recinto. Por su parte, «The Distance» y «We belong together» fueron solo dos breves espacios hasta que llegó la clásica «Hero» de su afamado álbum «Music Box», coreada por un público entregado a su musa.

Sin embargo, el momento álgido de la noche llegó cuando la famosa campanilla que presagia el principio de la canción que da nombre a la gira comenzó a repiquetear. El público enfervorecido sabía lo que venía, y la diva americana no defraudó. No es para menos. El cuarto sencillo de su disco «Merry Christmas» (1994) se coloca año tras año en lo más alto dentro de los más escuchados de la lista Billboard. Todo ello para poner punto final a una noche navideña para el recuerdo. Quizá, para sus fans, una de las mejores de su vida. Sobre todo, si tienen que esperar otros 18 años –esperemos que no– para verla de nuevo.