Mario Calabresi: «Se puede ser un ex terrorista, pero nunca un ex asesino»
El periodista presenta su libro «Salir de la noche», sobre los años de plomo en Italia
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El 17 de mayo de 1972, el comisario Luigi Calabresi fue asesinado por la espalda. Fue una víctima más de los llamados años de plomo en Italia. Su hijo, el escritor y periodista Mario Calabresi, publicó en 2007 un libro excepcional que recuperaba la memoria de su padre y la de otras víctimas de ese periodo. Se titulaba «Salir de la noche» y lo acaba de publicar en nuestro país Libros del Asteroide. Calabresi estuvo ayer en Barcelona para hablar de un trabajo, que, como admitió a este diario, entiende que pueda leerse en clave española.
Quien fuera director de «La Stampa» y «La Reppublica» comentó que todo empezaría conversando con otro compañero periodista, Gianni Riotta. «Pensé en escribir como periodista sobre otros. Así que recopilaba estas historias, pero un día paseando por Roma le conté a Riotta lo que hacía. “¿Perocontarás tu historia?” Le dije que no, que eso era privado. “No entiendes que, sin la tuya, no es creíble el libro. Es como si quedara algo no dicho. La fuerza de esta narración es contarla y ser narrador de los demás”. Tenía razón», añade.
Uno de los grandes temas de «Salir de la noche» es la posibilidad de que los antiguos terroristas de las Brigadas Rojas pudieran acceder a cargos públicos en Italia. Calabresi comentó que «hay un punto de discriminación y es si esos terroristas han cometido delitos de sangre. Hay una cuestión legal. Si has cumplido la pena, puedes presentarte. En Italia, el tribunal decide si tienes derecho a voto o no. No es un problema de leyes ni de oportunidad. Le diré que si has sido un asesino, si tienes delitos de sangre, lo más oportuno es que des un paso atrás. Estás cargando con la responsabilidad de la muerte de una persona. Puedes ser un ex terrorista, pero no dejarás de ser un ex asesino. Eso es algo que permanece también para quienes no están, para las víctimas».
Calabresi reconoció que ha estado siguiendo la polémica que se ha vivido en España en las últimas semanas, especialmente, durante las pasadas elecciones municipales, sobre Bildu, un tema del que aseguró que ha hablado con su amigo Fernando Aramburu. «Para pacificar a un país no se pueden excluir elementos de ella. Lo fundamental es llamar a las cosas por su nombre, decir las cosas claras. Puedes tener relaciones, como Gobierno, con un partido en el que en su interior hay elementos que han formado partes del terrorismo, pero tienes que ser muy claro con la atención a las víctimas. En Italia hace quince o veinte años tuvimos el mismo debate. Había una parte de la izquierda dentro del Gobierno con simpatía por ese mundo terrorista. Esas simpatías afectaron electoralmente a la izquierda. Hoy el Partido Democrático italiano, con Walter Beltroni, ha podido pasar cuentas con el pasado y eso ha sido importante. El primer presidente de la República, Giorgio Napolitano, que viene del Partido Comunista, ha sido fundamental para la pacificación y fue quien prestó más atención a las víctimas. Nunca fue ambiguo», apunta pensando también en clave española.
Con más de medio millón de ejemplares vendido en Italia, «Salir de la noche» se ha convertido en lectura obligatoria para muchos institutos, además de abrir un debate en Italia que hasta ese momento no existía. Entre los lectores que ha tenido la obra se encuentran incluso antiguos miembros de las Brigadas Rojas. En este sentido, dijo que «he recibido muchos mensajes de quienes habían participado en el fenómeno terrorista. Les ha ayudado a entender desde otro punto de vista lo ocurrido».
¿Lo sabemos todo de los crímenes en la Italia de los años de plomo? Calabresi está convencido de que todo está aclarado, aunque con algunos matices. «Hoy sabemos quiénes son los responsables de las tragedias y masacres. Fueron grupos neofascistas que querían hacer un golpe en Italia, pensaban que el modelo era la España de Franco o la Grecia de los militares. Había otro terrorismo, que era el de izquierdas, que podía encender la mecha de la revolución. El terrorismo fascista tenía conexión con el Estado, con los servicios secretos. También sabemos que el rojo, por su parte, tenía cómplices en las universidades. Así que el cuadro está claro, aunque dentro faltan elementos. No creo personalmente que la política italiana haya creado una niebla, pero no ha habido voluntad de aclarar los elementos oscuros», confesó el periodista.