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Viaje en el tiempo a la Venecia de 1725

Antonio Vivaldi. “Gloria e Imeneo”, RV 687. Auditorio Nacional. Domingo 7 de octubre de 2018. Europa Galante. Dir. Fabio Biondi. Vivica Genaux, Sonia Prina.Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM). Ciclo: Universo Barroco.
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A nosotros, desorientados miembros de una civilización menguante, nos es prácticamente imposible imaginar la atmósfera dulce y lánguida que reinaba en las fiestas que el Conde de Gergy -embajador en Venecia de Su Majestad Cristianísima Luis XV el Bienamado- organizaba en el Palacio de Francia para señalar, todos los 25 de agosto, la fiesta de San Luis. Y digo prácticamente imposible porque al menos la música que sonó entonces en la Fondamenta della Madonna dell’Orto, concretamente en la loggia que actualmente se encuentra dentro del Grand Hotel dei Dogi, podrá ser escuchada el próximo domingo en el Auditorio Nacional con interpretación a cargo del conjunto Europa Galante dirigido por Fabio Biondi y con la participación de las mezzosopranos Vivica Genaux y Sonia Prina.
Se trata de una pieza poco frecuente de Antonio Vivaldi: la serenata nupcial “Gloria e Imeneo” y la historia de cómo llegó a ser escrita por el músico veneciano está llena de anécdotas y sucesos muy entretenidos de contar como sucede con todo lo relacionado con la Venecia de la primera mitad del siglo XVIII, lugar deslumbrante como ha habido pocos. El regreso del embajador francés tras 14 años de vacío diplomático entre ambos Estados no fue un suceso menor en 1723. La impresionante escena (el desembarco frente al Palacio Ducal) nos ha sido conservada -seguramente de manera mucho más espectacular que en la realidad- por el providencial pincel de Cannaletto en un lienzo que hoy en día es uno de los orgullos del Hermitage de San Petersburgo. El Conde de Gergy tuvo que maniobrar arteramente para recuperar la sede tradicional de la embajada ante la Serenísima república, el Palacio de Francia, y una vez se hubo instalado comenzó a dejarse sentir en la vida musical veneciana. Muy pronto se ofreció una oportunidad perfecta para proyectar el prestigio cultural que emanaba ya imparable de París: la boda de Luis XV con la princesa polaca Maria Leszczyska, que sería reina consorte durante 42 años y daría a luz a Luis XVI, el heroico ciudadano Luis Capeto con cuyo vil asesinato a años de la barbarie revolucionaria concluirían más de mil años de monarquía en la Francia.
Pero los luctuosos sucesos de 1793 aún quedaban lejos -y eran impensables- en aquella templada tarde-noche del 12 de septiembre de 1725. Nos queda una detallada narración de la fiesta en la British Library, inserta entre la correspondencia del cardenal Filippo Antonio Gualtieri. También nos queda una reseña de la magna ocasión en el “Mercure de France” donde se pudo leer: “Tras el baile hubo una serenata cuya letra estuvo adaptada a la ocasión de las festividades y que fue alabada por los asistentes. La música fue compuesta por el señor Vivaldi que es el mejor compositor de Venecia”. Y sobre todo nos queda un manuscrito autógrafo de Vivaldi con una música bajada del cielo que guarda, entre sus frívolos compases, la brisa de un otoño veneciano con 293 años de antigüedad. Al módico precio de 15 euros, cuesta pensar en un viaje en el tiempo más barato o más grato.

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