Madrid

Se alza el telón: sólo Vargas Llosa

El Teatro Español estrena «La Chunga», con Aitana Sánchez-Gijón, la primera de una serie que llevará a escena todas las obras del Nobel

«Siempre quise ser dramaturgo, incluso más que novelista», dijo el autor
«Siempre quise ser dramaturgo, incluso más que novelista», dijo el autorlarazon

«Lo que uno ve, rara vez coincide con lo que cree haber escrito», dice Mario Vargas Llosa sobre su (desconocida) labor como dramaturgo. Esa es la sensación que tiene antes del estreno de «La Chunga» (1986) en el Teatro Español. Él lo llama traslación de lo «horizontal» a lo «vertical», que es llevar el texto escrito a la función sobre las tablas, un proceso en el que «hay veces que las obras ganan y otras que pierden». En opinión del Nobel peruano, en este caso, la obra ha ganado, a pesar de que en un principio «tenía mis dudas», reconocía ayer con sinceridad. La versión, que dirige Joan Ollé, y en la que comparten reparto Aitana Sánchez-Gijón, Asier Etxeandía e Irene Escolar, «lleva la obra a otro lugar». «Me ha levantado el corazón», aseguraba dando su beneplácito.

Masculina y humilde

Y es que la primera gran duda era que Sánchez-Gijón se había empeñado en interpretar a La Chunga, un personaje «sin edad, huérfana de origen humilde, tan endurecida que se ha masculinizado». «Aitana es todo lo contrario, así que yo mismo le dije que no podía hacerlo. Pero se empeñó. Y ahora yo reconozco que me he equivocado». Ésta es la primera obra de una serie que tiene programada el Ayuntamiento de Madrid, que llevará toda la obtra teatral del autor, y que a «La Chunga» seguirán «Kathie y el hipopótamo», «La señorita de Tacna», «El loco de los balcones», «A orillas del Támesis» y «Ojos bonitos, cuadros feos».

El texto está lleno de los localismos del español que se habla en Piura, una ciudad de Perú rodeada de arenales y donde Vargas Llosa vivió de niño. «Me interesa saber cómo va a recibir el público español todo ese lenguaje», reconocía en un encuentro con periodistas en el que no se admitieron preguntas no relacionadas con el estreno teatral. La adaptación de Oller se ha centrado en «leer la partitura y cambiar algunas palabras por gestos», decía el director teatral. Para el autor, en cambio, la obra ha encontrado esa «poesía recóndita que hay detrás de algunas escenas más duras, desagradables, incluso. Esa poesía que contrarresta lo repelente es donde está la virtud del guión». Y es que estamos ante una historia de bárbaros que comienza cuando La Chunga obtiene como fianza de una apuesta entre borrachos la posesión de Meche, objeto de deseo de unos cuantos hombres, «vagos y jaranistas legendarios de mi infancia» (Vargas Llosa), que hacen gala de machismo y embrutecimiento, los llamados «Inconquistables». «Aunque es verdad que en Europa el machismo está más disimulado y, en cambio, en América está muy vivo, creo que la virtud del texto es que ha sabido ahondar en lo más existencial y que puede ser comprendido en las sociedades avanzadas porque también hay un sedimento de prejuicio», añadió. Vargas Llosa siempre había querido ser dramaturgo, «incluso más que novelista». «El problema es que, cuando elegí esta dedicación, ya sabía que era algo minoritario para un latinoamericano. Así que fui combinando oficios alimenticios, pero mi amor por el teatro no desapareció». «Es que, según el Nobel, «mientras una novela puede ser regular, el teatro si es bueno, es muy bueno, y si no, es muy malo. Es como los toros o la poesía».

En septiembre, nueva novela, narrada en Perú

Está confirmado. El Nobel publicará nueva novela en septiembre. «El hombre discreto» (Alfaguara) transcurre en Piura, la misma localización donde «La Chunga» tiene lugar. La novela cuenta la historia de dos personajes: el entrañable Felícito Yanaqué, un pequeño empresario que es extorsionado e Ismael Carrera, un triunfador hombre de negocios que busca venganza. «Pero Piura ha cambiado mucho desde los tiempos en que escribí ''La Chunga''. Ya no está anclada en el tiempo, en sus arenales. Ese sabor popular se ha extinguido por la modernidad que todo lo iguala», avanzaba el autor. «Eso sí, la problemática es similar: el individuo rodeado de una maraña social donde hay prejuicios, como el machismo, que en América latina sigue vivo», explicó.