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Con otros ojos

El teatro Valle-Inclán del CDN acoge la 4ª edición del festival «Una mirada diferente», que promueve la inclusión de artistas discapacitados en el marco profesional de las artes escénicas
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El teatro Valle-Inclán del CDN acoge la 4ª edición del festival “Una mirada diferente”, que promueve la inclusión de artistas discapacitados en el marco profesional de las artes escénicas
“Contagiarse”, esa es la clave, no de un virus infeccioso, sino del “virus de la normalidad” para eliminar barreras y prejuicios, para perder el miedo a la diferencia. “Dejarse contagiar” es el lema elegido” este año para la cuarta edición de “Una mirada diferente”, el festival de artes escénicas con personas que tienen algún tipo de dificultad física y que está teniendo lugar entre el 20 y el 29 de mayo en el teatro Valle-Inclán. Nacido e impulsado en el seno del Centro Dramático Nacional (CDN) cuenta, además, con la colaboración de entidades como la Fundación ONCE o la Fundación Universia, entre otras. Su objetivo, “mejorar la visibilidad y la inclusión de artistas con discapacidad en el marco profesional de las artes escénicas y poner en valor a todos los creadores que con su participación en ediciones anteriores se han ido contagiando por el valor artístico de la diferencia y la están sumando a sus proyectos”, explican Miguel Cuerdo e Inés Enciso, directores artísticos de la propuesta. “Creemos que la mejor manera de liberarse de prejuicios es la cercanía y el contacto directo, así podemos ver una
obra de arte como tal y no como algo especial. Este año contamos con un espacio de encuentro que hemos llamado “Contagiados”, para conocer de mano de actores y directores que pasaron por el festival los proyectos inclusivos que están poniendo en marcha. Creadores que “se contagiaron” del valor escénico de la diferencia trabajando con grupos mixtos y ahora están inmersos en espectáculos que incluyen a actores con discapacidad, como son Andrés Lima, José Padilla, Paloma de Pablo, Laila Ripoll y Magda Labarga”.
“Pero hay otros objetivos, aunque más discretos –apostilla Cuerdo-, como son los de fomentar que quienes tengan esa vocación y quieran dedicarse a las artes escénicas, se lancen sin miedo. Hay quien no se atreve y queremos motivar para que surjan artistas diferentes, que lo vean como una posibilidad profesional real. Su realidad no es triste, es una experiencia como otra cualquiera. Queremos positivar lo negativo, normalizarlo. Lo raro es bueno, es artístico”. “Otras veces son las familias las que frenan –continua Enciso-, o veces que dan el paso los que tienen la disposición y el atrevimiento y se encuentran con que el Centro no tiene adaptación curricular para integrarlos ni dinero para adaptarlo. Para ello damos becas de formación a través de Universia y eliminar esas dificultades. Lo que hace falta es voluntad”. Para Miguel Cuerdo, “la diferencia es un valor y buscamos gente diversa, que transmite, que sea valorada por su capacidad artística, no por su discapacidad. Y este festival es un buen escaparate para comprobarlo, para mostrar que se puede realizar teatro, música o danza con la misma calidad que otro profesional, que muchos de ellos podrían estar en compañías del circuito comercial”. Y continúa Enciso: “Creemos que en este aspecto hay un objetivo doble, que estos artistas lleguen a participar en el circuito teatral como uno más y contagiar a organismos privados para que cuenten con ellos en sus programaciones. La ayuda que ofrece el CDN en este sentido es fundamental, porque es una referencia. Sin una plataforma así el proyecto se diluye, sin su impulso e implicación pasaría desapercibido. Que estemos diez días haciendo ruido desde él hace que año tras año se vayan consiguiendo objetivos”.
En cuanto a la programación, “mantenemos su carácter internacional. Contamos con compañías nacionales y extranjeras de mucha calidad haciendo hincapié en impulsar la creación de nuevos espectáculos que trabajen la diversidad. Mantenemos las propuestas de talleres y encuentros en el área de investigación para seguir formando profesionales de la escena de forma igualitaria”, explican. El programa se estrenó con “Wendy Hoose”, una "hilarante"comedia sexual del dramaturgo escocés Johny McKnight de la mano de Birds of Paradise y Random Accomplice. Y a continuación, en la Plaza de Lavapiés, se vivió “Música en la calle” por el DJ Pascal Kleiman, artista que nació sin brazos, circunstancia que no ha frenado su carrera como DJ. ¿Y qué pasaría si en el cuento del famoso flautista hubiese una niña sorda? El público familiar ha tenido en “El silencio de Hamelin”, un montaje combinando el lenguaje oral y el de signos. Con texto y dirección de Jordi Palet Puig. La lectura dramatizada en “Sex & Disabled People”, un texto de las directoras italianas Barbara Garlaschelli y Alessandra
Sarchi centrado en la relación emocional y sexual entre personas con discapacidad y sin ella. Y dentro de los “Lunes con voz”, se realizó la muestra del taller de investigación “La gente normal me asusta”, con la directora de escena y educadora Lucía Miranda.
El viernes 27 en el Valle-Inclán, danza con “Fuck-in-Progress”, dirigido por Jordi Cortés de la Asociación Kiakahart, XVIII Premio de la Crítica a la Mejor Coreografía 2015. Un espectáculo de danza en el que diferentes personajes compartirán experiencias mediante la palabra y el lenguaje del cuerpo. El sábado 28 y domingo 29, “Contagios”, con varios artistas españoles dirigidos por Magda Labarga. Estos mismos días -28 y 29- en la sala Francisco Nieva del Valle-Inclán, “Un viaje a ciegas”, teatro musical de la compañía Teatro Ciego de Argentina con la dirección de Martín Bondone. “Los perros no van al cielo”, lectura dramatizada por la compañía Creación Escénica. Una comedia negra sobre la autonomía emocional de las mujeres Down y las dudas familiares y sociales sobre su educación, de Laura Rubio y dirección de Óscar Miranda -sábado 28-. Y el día 29, “Nadie”, obra de teatro con la dirección de Manu Medina y música de Ara Malikian.

«Contagios»

Una experiencia especial este año –comentan sus directores artísticos- es “Contagios”. “Miniexperiencias de contacto directo en microespacios para perder el miedo”, dirigidos por Magda Labarga. Los días 27, 28 y 29, en distintos horarios, varios artistas buscan a través de pequeñas acciones teatrales individuales, que el público se acerque a realidades que solemos mantener a distancia como si fueran contagiosas. La risa también es contagiosa. Son cuatro peros sólo se puede elegir uno: “Jabalí gigante” en los aseos, con Fernando Fernández; “Rodar y rodar” será en el escenario, con Mónica Lamberti; “Perlas” en el camerino, con Miriam Fernández y Nocturno en el guardarropa con Mariu del Amor.