Cultura

Teatro

Proyecto 43-2, los diez años sin ETA

María San Miguel, en escena
María San Miguel, en escenalarazon

Iñaki Rikarte dirige en la Comedia la adaptación de Carolina África de «El desdén con el desdén», de Agustín Moreto.

María San Miguel es como la tortuga que compitió con la liebre en aquella fábula en la que lo importante no era esprintar. Paciente como pocos, siempre ha sabido su meta: hace diez años que quiso «ser testigo del cambio sociopolítico de España y del País Vasco, en particular», explica, y ahora, después de decenas de conversaciones con los implicados, presenta todo ello en la trilogía, «Rescoldos de paz y violencia», que ha programado la Abadía durante las próximas dos semanas. Un sueño del que surgió «Proyecto 43-2» en 2012, donde, compartiendo nombre con la compañía, se documentaba el momento que se vivía en la sociedad vasca. Cinco personas se sentaban en una mesa en la que se mostraban otras tantas percepciones de la realidad y se indagaba sobre la modificación de las relaciones por la violencia. «Fue la obra menos representada», recuerda San Miguel, «porque chocó mucho que, nada más cerrar ETA el chiringuito, se hablara del conflicto». Una revolución que hizo que «se viera poco», pero que forjó el camino de la compañía.

Tres años más tarde llegaría «nuestro gran éxito de ventas» –ríe la actriz y dramaturga–, «La mirada del otro», para profundizar en los encuentros restaurativos que tuvieron lugar en la prisión de Nanclares de la Oca (Álava) entre víctimas de ETA y disidentes de la banda terrorista. Programa de mediación al que se acercó la compañía para hablar de segundas oportunidades, perdón y convivencia en una función que San Miguel define como «la más amable de las tres porque tiene un final esperanzador para el ser humano». Pero no hay trilogía sin tercera parte
–aunque de inicio se pensara como una única función–, así que «Viaje al fin de la noche»
–nominada a dos Premios Max– cerraba, en 2017, el círculo tras el anuncio del desarme de ETA y abordaba la violencia en las generaciones posteriores: «Hemos notado cómo en todo este tiempo la gente se ha ido abriendo, de no querer ser grabados han pasado a contarnos cosas que no habían dicho ni a sus familiares», cuenta de un proyecto que también se va a presentar, formato documental, en la Filmoteca Española de la mano de la propia San Miguel y del cineasta Isaki Lacuesta.