Un doble Premio Nobel para la historia de la ciencia
82 años después de su muerte, la figura de la Marie Curie sigue muy presente en la comunidad científica
Curie fue una científica polaca y nacionalizada francesa que nació un 7 de noviembre de 1867 en la ciudad de Varsovia y murió el 4 de julio de 1934 en el municipio francés de Passy.
A día de hoy, los logros descubiertos por la doble ganadora del Premio Nobel continúan aportando información a aquellos y aquellas que se dedican al estudio de la ciencia. Justo hoy hace 82 años que Marja Skolodowska, popularmente conocida como Marie Curie, falleció. Sin embargo, su legado sigue presente incluso entre los colectivos ajenos al campo científico. Fue pionera en el campo de la radiactividad, lo que le valió para recibir dos premios Nobel en distintas especialidades: Física y Química; el mérito es todavía mayor si consideramos que fue la primera mujer en lograrlo. Además, fue también la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en la Universidad de París.
Primeros años en París
La vida tanto personal como académica de Marie Curie abarca un amplio espectro de acontecimientos. Curie vivió una de las épocas más turbulentas en la historia reciente de Europa, tales como la I Guerra Mundial, los felices años 20, cuyo máximo exponente europeo es precisamente París, o la posguerra. Esto no le impidió centrarse en lo que realmente le interesaba, el estudio de la ciencia. Desde sus primeros años en la capital francesa, donde se dirigió a finales de 1981 junto a su hermana y su cuñado, demostró un gran interes por la física, la química y las matemáticas. Tuvo que esforzarse en cuanto al aprendizaje del francés y mejorar sus conocimientos sobre matemáticas y física para poder estar al nivel de sus compañeros y compañeras. Como dato, entre los 776 estudiantes de la Facultad de Ciencias en enero de 1895, sólo había inscritas 27 mujeres entre el alumnado. Los catedráticos de Curie en la facultad fueron Paul Appell (matemático), Henri Poincaré (matemático, físico, científico teórico y filósofo de la ciencia) y Gabriel Lippmann (físico galardonado con el Premio Nobel de Física en 1908). Con semejante elenco de mentores, no es de extrañar los logros conseguidos por la propia Marie Curie. En 1893, Marie Curie consiguió su primera titulación en física siendo la primera de su promoción. Un año más tarde, fue capaz de obtener un segundo título.
Después de haber trabajado en el laboratorio industrial del profesor Lippmann, inició su carrera científica con una investigación sobre las propiedades magnéticas de varios tipos de aceros a petición de la Sociedad para el Fomento Industrial Nacional. Fue en 1894 cuando su vida laboral se mezcló con la personal. En ese año, conoció al físico francés Pierre Curie, con quien entabló una gran amistad que acabó en matrimonio. La enorme pasión que ambos demostraban hacia el estudio de las ciencias les unió para siempre. Marie incluso regresó de sus vacaciones en Varsovia, donde estuvo visitando a su familia, debido a una carta que le había enviado Pierre en la que aseguraba que había estado investigando sobre el magnetismo. Finalmente Curie aceptó volver a París ya que en la Universidad de Cracovia le habían denegado el acceso por el mero hecho de ser mujer.
Nuevos elementos químicos y el doctorado
Marie no se conformaba con la doble titulación. El siguiente objetivo era obtener el doctorado en la Universidad de París. Junto a su marido, acordó que el tema sobre el que trataría su tesis se centraría en los estudios y trabajos del físico francés Henri Becquerel, quien, en 1896, descubrió que el uranio emitía radiaciones invisibles similares a las de los rayos X, es decir, un nuevo tipo de radiación. Ya en medio de la investigación para la posterior elaboración de su tesis, Marie Curie comenzó a medir cuidadosamente las radiaciones de la pechblenda, un mineral que contiene uranio. Para ello, se valió de las técnicas piezoeléctricas inventadas por el que ya era su marido. Empleando este tipo de técnicas, Curie se percató de que las radiaciones de la pechblenda eran incluso más altas que las del propio uranio. Por lo tanto, concretó que en esa radiación debía haber elementos desconocidos "radioactivos". Dicho término fue acuñado y empleado por primera vez por la propia Marie Curie. Los continuos estudios en el campo de la radiación llevaron al matrimonio a anunciar en 1898 el descubrimiento de dos nuevos elementos químicos: el polonio (cuyo nombre también viene de Curie en honor a su país natal) y el radio.
Gracias a esta investigación, la Academia de Ciencias de Francia apoyó financieramente el trabajo de Marie. Entre 1900 y 1902, fue galardonada con un total de 38.000 francos que debía emplear para la investigación de sus proyectos. Finalmente, el 25 de junio de 1903, Marie Curie pudo defender su tesis doctoral dirigida por la misma persona que le sirvió de inspiración, Henri Becquerel. La tesis, cuyo título era Investigaciones sobre las sustancias radiactivas, fue presentada ante un tribunal presidido por uno de sus antiguos catedráticos, el profesor Lippmann. La presentación fue tan brillante que no sólo obtuvo el doctorado, sino que también le sirvió para lograr la mención cumlaude.
A pesar de ello, en posteriores eventos, Pierre tuvo que asistir solo porque instituciones como la Real Institución de Gran Bretaña, que invitó a la pareja a dar una conferencia sobre radiactividad, o la Real Sociedad de Londres, que otorgó a la pareja la medalla Davy, impedían hablar en público a las mujeres.
Premios Nobel
La joya de su corona. La obtención de dos Premios Nobel en los campos de la Física y de la Química supone un hito en la historia de la ciencia. Al convertirse en la primera mujer en obtener reconocimientos de semejante calibre, el nombre de Marie Curie se ha hecho un hueco entre las grandes personalidades de la historia y el estudio recientes.
En el año 1903, la pareja recibió el Premio Nobel de Física como premio al descubrimiento de algunos elementos radiactivos como los que hemo mencionado anteriormente. Este premio fue compartido con Becquerel, quien les había servido de inspiración y gran ayuda. La vida del matrimonio, sin embargo, estaba destinada a mantenerse alejada de los periodistas y fotógrafos. Los Curie se negaron a acudir a la ceremonia de entrega de los premios en Estocolmo aunque finalmente, se vieron obligados a ir. Inmediatamente después de la obtención del Nobel, la pareja continuó sumergiéndose en sus estudios. Un año más tarde, Pierre Curie fue nombrado profesor de física de la Universidad de París y, en 1905, fue incluido como miembro de la Academia Francesa.
El descubrimiento del radio y las investigaciones sobre sus compuestos hizo que en 1911 Marie Curie recibiese su segundo Premio Nobel. Además, en 1914, fue nombrada directora del Instituto de Radio de París y se fundó el Instituto Curie. La vida de los Curie se resumía a la investigación y el posterior reconocimiento. Entre ambos obtuvieron una gran fama que no pasó desapercibida al resto de la población. En mayo de 1921, quince años más tarde de la muerte de su marido, Marie se trasladó junto a sus hijas a Estados Unidos, donde, gracias a numerosas ayudas económicas, consiguió hacerse con un gramo de radio y dinero extra para un equipo de laboratorio que la ayudase a investigar.
Legado cultural
La continua exposición a elementos radiactivos dejó ciega a Curie. Después de toda una vida de éxitos, falleció en la localidad francesa de Passy, Alta Saboya. Fue enetrrada junto a su marido en el cementerio de Sceux, unos kilómetros al sur de París.
El legado científico y cultural de Marie Curie sigue, como ya se ha dicho, presente entre los colectivos que dedican su vida a la ciencia. Sin duda tienen mucho que agradecer a una mujer que entregó su vida a la Física y a la Química, a la investigación y al descubrimiento y que huyo por completo de esos eventos en los que la gente te aplaude como reconocimiento a tu trabajo. Marie Curie fue, junto a su marido, una científica peculiar.
"Un científico en su laboratorio no es sólo un técnico: es también un niño colocado ante fenómenos naturales que le impresionan como un cuento de hadas"(Marie Curie, 1867- 1934).