Y por fin, una buena película en San Sebastián
En el último campeonato de fútbol europeo brilló la selección islandesa y todos los medios de comunicación dijeron de todo a favor de ese pequeño país, frío y de pocos habitantes. Islandia en cine ganó la Concha de Oro en este festival y este año ha ofrecido una gran película. «The oath», dirigida e interpretada por Baltasar Kormákur. Estamos ante una historia que hemos visto algunas veces pero no nos importa, porque siempre gusta. Un hombre tranquilo, aparentemente débil, que se ve obligado a enfrentarse duramente al fuerte y abusón. El personaje es cardiólogo y padre amantísimo, que no tolera que su hija mayor se relacione con la droga y con el camello violento. Por lógica, todos esperamos la reacción del padre. Realmente, magnífica. Y nos gusta ese personaje que aplica todos sus conocimientos médicos para fastidiar al malo.
También en competición, dos verdaderos desastres: uno, «Orphan», de Arnaud des Pallières, que es la típica película resuelta toda en angustiosos primeros planos. Nunca sabemos dónde están los personajes y cuando es de noche en interior o exterior no se ve nada. Hay cuatro mujeres, aparentemente independientes, que aparecen, desaparecen...
Incluso, una niña, pero resulta que todas son la misma, un lío tan mal explicado que eso de que sea una sola mujer lo hemos tenido que leer en el catálogo del festival, porque en la película no es creíble. El otro, también francés –en coproducción con Alemania y Bélgica y rodado en París– es «Nocturama», de Bertrand Bonello, quien lo ha escrito e incluso ha compuesto la música, incorporando y destrozando la conocida «My Way». El filme tiene un buen arranque, con diversos personajes jóvenes que van de metro en metro, siguiendo instrucciones por sus móviles. Disponen de automóviles, motos, explosivos, etc. De pronto, la acción se detiene y retrocede para ver a todos los personajes planeando lo que ya hemos visto. Y lo más absurdo y sin saber cuál puede ser la causa, los jóvenes terroristas se refugian en unos grandes almacenes, cuya única explicación es que al autor le atraía la idea de tener a suspersonajes en esos almacenes en horas nocturnas de cierre. Un absurdo tremendo, por no decir una idiotez mayúscula, ya que a nadie se le ocurre ese lugar como refugio. Si fuera una comedia con Peter Sellers, bueno. Pero en un drama tan serio demuestra que este señor deje el oficio de cineasta.
En sesiones especiales, hemos tenido la oportunidad de pasar un rato muy entretenido con «Manda huevos», de Diego Galán. Diego, crítico prestigioso y director del festival de San Sebastián en dos etapas, hizo ya para televisión una magnífica serie sobre el cine español y ahora, tras «Con la pata quebrada», nos propone esta otra recopilación de fragmentos del cine español que ilustran el rol del «macho ibérico».
Gracias a Diego, porque en todos los fragmentos pone el título y año de la película de la que proceden, y ese es un valor añadido porque ayuda a evocar la película completa.