Vuelve De Jong, la energía que le faltó al Barcelona en la Liga

Afrontaba Quique Setién este extraordinario final de Liga con una plantilla corta. Ha utilizado a 20 jugadores, diez con más de 500 minutos en estos 11 partidos y 10 con menos, con Messi y Ter Stegen con pleno. Ha recuperado a futbolistas como Luis Suárez, con quien no se contaba ya hasta la próxima temporada por su operación de rodilla, y aunque el uruguayo está fuera de forma ha tenido su momento de protagonismo con cuatro goles. Pero también ha perdido Setién a otros jugadores en la zona del centro del campo que le han limitado. Arthur está, pero como si no, más pendiente de su fichaje por la Juventus. Y De Jong estuvo 84 minutos contra el Mallorca, en el banquillo ante el Leganés y no le dio tiempo a más, porque sufrió una lesión muscular. «No hemos podido rotar mucho. Uno de nuestros jugadores que tiene más energía lo hemos perdido siete partidos en una posición en el centro del campo en el que la idea era cambiar bastante», dijo el entrenador azulgrana del holandés. Pese a que existe la sensación de que todavía no ha mostrado el nivel que ofreció en el Ajax y de que le ha faltado imponerse un poco más en los partidos, De Jong ha sido una baja importante. No se sabe ni se sabrá qué hubiera pasado con él sano, pero sí le han echado de menos. Sus 23 años y su capacidad para recorrer una parte amplia de campo, de área a área, le hubiera venido bien a una media en la que los grandes protagonistas han sido dos veteranos como Arturo Vidal (621 minutos) y Busquets (610), con Rakitic, Riqui Puig y Sergi Roberto en las últimas jornadas como acompañantes.

De Jong llegó el pasado verano a la Ciudad Condal tras un año fantástico, en el Ajax semifinalista de la Champions y como líder en el centro del campo de Holanda. En el Barça se topó con que tenía que jugar más de interior que de mediocentro, puesto en el que Busquets es el dueño. El futbolista rubio ha hablado siempre bien de «Busi», de cómo le ha ayudado a integrarse, y ambos han tenido que convivir. Desde su país decían que no terminaba de rendir porque no jugaba en su mejor posición, pero siempre fue insustituible tanto para Valverde como para Quique Setién. Ahora está de vuelta, seguramente tarde para la Liga pero a tiempo para ayudar en el intento al asalto de Europa en agosto. «Ha hecho varios entrenamientos con el grupo, los ha hecho bien, está en una buena disposición ya, olvidado el problema. Decidiremos si juega de inicio o durante el partido», explicó el preparador cántabro en la previa de recibir a Osasuna, un partido que los barcelonistas juegan en dos campos, aunque lo que hagan sólo tiene incidencia en uno y si el Madrid vence al Villarreal, la Liga ya tendrá campeón.

Una Liga que se le va a marchar al Barcelona por sus tres empates en un periodo post confinamiento. Se ha vuelto a poner en duda todo. Primero la planificación, que ha sido mala por la falta de efectivos. Después la conveniencia de echar a Valverde, que iba líder, para traer a Setién. El actual entrenador defiende que ha hecho un buen trabajo y que el mérito lo tiene el Madrid por no haber perdido. Y repitió lo de que hay que mirar más allá de los resultados, algo que es difícil a la velocidad a la que va el fútbol en la actualidad. Hasta los números deMessi se ponen en cuestión, pues se va a quedar por debajo de los 30 goles en Liga por tercera vez en los últimos once años (en la 2015/16 marcó 26 y en la 2013/14 logró 28), aunque ha batido el récord de asistencias. «Quizá algunos registros no los está cumpliendo en relación a otros años, pero todos sabemos quién es Messi. Tienen un nivel estratosférico», dice Setién.