Champions League

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Messi, contra la apisonadora

El Barcelona busca reivindicarse en los cuartos de la Champions, su competición maldita los últimos años, ante un Bayern Múnich que se siente favorito.

Lionel Messi, durante el entrenamiento en Lisboa
Lionel Messi, durante el entrenamiento en LisboaRafael MarchanteAP

Ni tener a Messi le sirve esta vez al Barcelona para disimular lo que todos ven. «No son los mismos de hace ocho años», dijo Gattuso pese a caer con el Nápoles en el Camp Nou en los octavos de la Champions. «No están bien y se notaba en el césped», añadió el entrenador italiano. El equipo de Setién superó la eliminatoria sin estar nunca cerca de quedar fuera, pero jugó con fuego en una segunda parte difícil de entender, en la que sí lograron defenderse sin encajar. Desde Alemania, leyendas como Matthäus o Rummenigge también opinaban en el mismo sentido, una especie de «el tiempo de este Barça ya pasó». A todos esos mensajes quiere dar la vuelta el equipo español en los cuartos de final contra el Bayern Múnich, en una eliminatoria en la que por primera vez en mucho tiempo no parte como teórico favorito. Luego pasa lo que pasa en el césped (Roma y Liverpool), pero antes de esos enfrentamientos se ponía a los azulgrana un peldaño por encima.

Esta vez no, porque su rival arrasa a todo lo que se le pone por delante. Desde la llegada de Flick al banquillo son 33 partidos, con sólo dos derrotas y un empate. Y los tropiezos se produjeron a finales de noviembre y principios de diciembre. Desde ahí, son un equipo que ha ido a más y con el que nadie puede. Son 27 encuentros, con el empate ante el Leipzig como único ¿contratiempo? Ha sido la única vez, además, en la que se han quedado sin marcar. Y después del confinamiento, doce triunfos consecutivos. «Pero esta vez no se enfrentan a un equipo de la Bundesliga, se enfrentan al Barcelona, el mejor del mundo», dice Arturo Vidal, que seguramente vuelva a la titularidad y que repitió varias veces lo de que son los mejores, como acto de reivindicación.

El partido es una reivindicación en sí mismo para los azulgrana, perseguido por la maldición de estos años en la competición continental, que puede pesar menos con el formato a partido único por el coronavirus, y por la decadencia de su juego, al menos en lo referente a la brillantez. «Sabemos del potencial del rival, sus números y su capacidad. Son un equipo extraordinario, pero nosotros también. Creo que va a ser un partido igualado, con alternativas, sin un dominador», decía en el mismo sentido Quique Setién. Su equipo tiene como gran argumento a Messi, que se salió en la primera parte contra el Nápoles y tiene ganas, aunque, como asegura el técnico, «él solo puede generarse las jugadas, pero hay que asistirle». «Sin la fortaleza del equipo Leo sería menos», añade.

«Lo entiendo [que la afición desconfíe]. Somos el mejor equipo, pero en Liga no lo demostramos», dice Vidal, que asegura que hoy será diferente. El tiempo de hablar terminó. Es el momento de actuar.