La baja del mediocentro ha pesado en el ataque blanco. Se le espera después del parón.

Al Real Madrid le cuesta jugar por dentro. Porque Modric no está en forma y no rompe como antes y porque le falta Isco, el futbolista que mejor se mueve por esas zonas llenas de piernas. Como tampoco está Marcelo, para abrir el campo por la banda izquierda, el equipo de Lopetegui se ha encontrado en muy pocos días sin dos de sus futbolistas más importantes de ataque.

Es verdad que Marcelo no había empezado bien la temporada, sobre todo en defensa, pero no hay futbolista como él para sorprender a los equipos que se cierran. Desde hace tiempo los laterales son una de las armas ofensivas principales de los blancos y la baja de Marcelo, más la de Carvajal (aunque Odriozola fue de los mejores en Vitoria) ha dejado al Real Madrid casi ciego en ataque.

Los laterales ayudan a abrir el campo, a hacerlo más ancho y así los hombres de dentro pueden hacer daño al haber más espacios. Ahora los equipos que se enfrentan al campeón de Europa se cierran por dentro y dejan espacio en los lados, porque saben que los de Lopetegui, por las bajas, son débiles por esa zona.

La presencia de Isco en esa parte del ataque se antoja fundamental para cambiar la sucesión de pases sin sin ningún sentido y dar al equipo verticalidad. Después de la derrota del sábado Isco, que está recuperándose de una apendicitis publicó en Twitter una frase de ánimo y fe en sus compañeros. La idea es que después del parón, el centrocampista pueda tener minutos contra el Levante o en Champions y estar en el choque del Camp Nou.