País Vasco

Ni Bilbao ni San Sebastián: la ciudad del País Vasco donde se habla menos euskera

Aunque el euskera ha ganado terreno en los últimos años, hay una capital vasca en la que su uso cotidiano sigue siendo excepcionalmente bajo

La palabra que si pronuncias la gente sabe que eres de País Vasco
Ni Bilbao ni San Sebastián: la ciudad del País Vasco donde se habla menos euskeraistock

El euskera se percibe como omnipresente en el País Vasco. Sin embargo, la realidad sociolingüística del territorio es mucho más matizada. Vitoria-Gasteiz, capital de Álava y sede del Parlamento Vasco, se ha consolidado como la ciudad donde menos se habla euskera en comparación con Bilbao y San Sebastián. Así lo confirman los últimos datos del Instituto Vasco de Estadística (Eustat), que revelan que sólo un 2,5 % de su población lo utiliza como lengua habitual, lo que equivale a unas 6.000 personas de entre más de 250.000 habitantes.

Si se compara con otras capitales vascas, la diferencia es significativa. En Bilbao, el porcentaje de uso habitual del euskera asciende al 3,6 %, mientras que en San Sebastián alcanza un mucho más notable 14,1 %. Esto no significa que el conocimiento del idioma sea inexistente, sino que su uso diario en ámbitos como el hogar, el trabajo o el ocio sigue siendo secundario en la capital alavesa.

En conjunto, más del 60% de la población del País Vasco tiene alguna competencia en euskera, según el último informe sociolingüístico del Gobierno Vasco, pero este porcentaje desciende hasta el 47% en Vitoria-Gasteiz. Es decir, casi la mitad de sus habitantes afirma tener cierto nivel, pero muy pocos lo emplean como lengua principal o preferida.

¿Por qué en esta ciudad vasca se utiliza menos el euskera?

El escaso uso del euskera en Vitoria-Gasteiz no es fruto del azar, sino el resultado de factores históricos, demográficos y educativos. Durante el siglo XX, la ciudad vivió un proceso de industrialización que atrajo a miles de trabajadores de otras partes de España, especialmente de Castilla y Andalucía. Este fenómeno provocó un crecimiento demográfico rápido y desestructurado que rompió la continuidad lingüística del euskera en la zona.

Además, a diferencia de Guipúzcoa o parte de Vizcaya, donde la transmisión del euskera tuvo cierta continuidad incluso durante la dictadura franquista, Álava (y en particular su capital) perdió casi por completo el idioma en el ámbito familiar. A eso se suma que la implantación del modelo educativo en euskera (modelo D) llegó más tarde que en otras provincias, y su expansión fue inicialmente más lenta.

A pesar de todo, los indicadores apuntan a una tendencia de recuperación. Las nuevas generaciones que han pasado por sistemas escolares bilingües o euskaldunes tienen cada vez mayor competencia en euskera. En este sentido, los jóvenes de entre 16 y 24 años son el grupo que más lo usa y entiende en Vitoria-Gasteiz, aunque aún lejos de las cifras de otras ciudades vascas.

Además, las políticas públicas han comenzado a fomentar el uso social del idioma mediante campañas de normalización lingüística, programas de ocio en euskera, ayudas a medios de comunicación y eventos culturales. Sin embargo, el reto no es pequeño: muchos vitorianos aún no se sienten cómodos hablando euskera en su entorno cotidiano, especialmente fuera del contexto escolar o institucional.

Aunque el número de hablantes habituales es bajo, sí se observa una tendencia al alza en la comprensión y el uso parcial del euskera, lo que muchos expertos consideran un primer paso imprescindible hacia su revitalización. Se estima que un 40 % de los residentes de Vitoria-Gasteiz pueden mantener una conversación básica en euskera, y un 20 % comprende sin problemas textos y discursos más complejos.

En este contexto, el papel de los euskaltegis(centros de enseñanza del euskera para adultos) ha sido crucial para formar nuevos hablantes entre la población adulta, aunque todavía persisten barreras relacionadas con la motivación, el tiempo disponible y la utilidad percibida del idioma.

La evolución futura dependerá de factores educativos, culturales y sociales, así como de decisiones personales respecto al idioma que se utiliza en cada ámbito. En cualquier caso, los datos reflejan que el euskera no tiene hoy un uso mayoritario en ninguna de las grandes ciudades vascas, aunque su presencia como segunda lengua y su reconocimiento institucional continúan en expansión.