F-1

Fórmula 1

Así «engañó» Alonso a Honda y Red Bull

Él fue el impulsor para que McLaren apostara por Renault y abandonara a los japoneses. La primera carrera le ha dado la razón

La apuesta de Fernando Alonso y McLaren por Renault en lugar de Honda dio buen resultado en el primer gran premio de la temporada
La apuesta de Fernando Alonso y McLaren por Renault en lugar de Honda dio buen resultado en el primer gran premio de la temporadalarazon

Él fue el impulsor para que McLaren apostara por Renault y abandonara a los japoneses. La primera carrera le ha dado la razón.

Hace más de diez años que Fernando Alonso no gana un título; más de cinco que no sube a lo más alto del podio como ganador de un Gran Premio y casi tres en los que su mejor posición ha sido la quinta plaza. Eso no impide que siga siendo uno de los pilotos más interesantes de la parrilla. Sin ir más lejos, en la primera carrera de esta temporada, en Albert Park, fue elegido «piloto de la carrera». Y eso siendo quinto. El asturiano, uno de los pilotos más veteranos de la actual parrilla junto a Kimi Raikkonen, tiene una gran capacidad de influencia y su última «hazaña» fue lograr que McLaren cambiara de suministrador de motor. Es decir, cambiar Honda por Renault.

Después de tres años de rotundo fracaso, McLaren ofreció la renovación a Alonso para continuar con ellos, pero el español exigió cambiar el motor después de vivir una etapa frustrante con Honda. La maniobra no era fácil debido a las condiciones contractuales que McLaren y el fabricante japonés mantenían. Pero las negociaciones empezaron a tres bandas con varias protagonistas manejando los hilos. Por una parte, Zak Brown. Él convenció a los nipones que lo mejor era tomar un camino diferente debido a la falta de resultados y la tremenda presión que había sobre las dos compañías. Por eso entablaron contactos con Red Bull. El objetivo era convencerles de que asociarse a Honda era lo mejor para ellos y así no depender de un motorista, Renault, que en los próximos años quiere optar al título. En los próximos años Red Bull y Renault podrían luchar por el campeonato y lo harían con el mismo motor, lo cual podría crear situaciones controvertidas. Alguien hizo ver a Helmut Marko, asesor y supervisor de la compañía energética en la F-1 para sus dos equipos, Red Bull Racing y Toro Rosso, que contar con los japoneses en exclusiva era una opción de futuro y sorprendentemente el austríaco dio su visto bueno con ciertas condiciones, ya que Renault debía dejar uno de sus clientes para pasar a McLaren.

Al margen del precio de la factura, la compañía gala pidió el fichaje de Carlos Sainz, cuyos derechos eran de Red Bull y lo siguen siendo, ya que conservan una opción preferente para los próximos años. Eso no fue demasiado problema, ya que el madrileño quería salir de la estructura energética y, además, su representante es el mismo que el de Alonso, que buscaba el mismo objetivo. Una vez salvado el primer escollo, los japoneses recibieron de buena gana la idea de cambiar a un equipo modesto como Toro Rosso y trabajar desde la tranquilidad para intentar evolucionar.

Fue entonces cuando las piezas encajaron y todo ello con Alonso actuando en la sombra desde el primer día. La moderación de su discurso contra el rendimiento del motor Honda cuando comenzaron las negociaciones llamó la atención.

El asturiano será recordado en la F-1 por sus dos títulos, su forma de conducir, sus grandísimas actuaciones y también por su implicación en los casos más polémicos vividos por la F-1 en los últimos tiempos: desde el caso de espionaje a Ferrari, que costó 100 millones de dólares a McLaren o el presunto fraude que cometió la escudería Renault en Singapur en 2008 cuando «ordenaron» a su compañero Nelsinho Piquet estrellarse para provocar la salida a pista del coche de seguridad. Casualmente, el más beneficiado por aquella acción fue el propio Alonso, que terminó ganando la carrera. Años después el brasileño denunció los hechos, aunque el asturiano salió indemne de la investigación. No así sus jefes.

Ahora, Alonso ha permanecido en segundo plano, pero ha logrado apartar a Honda de su camino. En su primera carrera con Toro Rosso, el motor Honda falló y el segundo coche fue el único doblado por Vettel.