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Así fue el debut de Raúl con el Real Madrid Castilla

El ex futbolista no pudo conseguir la victoria en su estreno como técnico del filial

El entrenador del Real Madrid Castilla, Raúl González.
El entrenador del Real Madrid Castilla, Raúl González.larazon

No era una mañana cualquiera en el Polideportivo Dehesa de Navalcarbón. Las Rozas C.F. debutaba por primera vez en su historia en Segunda División B y enfrente no esperaba un rival cualquiera sino el Real Madrid Castilla de Rául González Blanco. La expectación era máxima por ver al ex futbolista, que tantas alegrías dio a los aficionados con la camiseta blanca, dirigir su primer partido oficial al frente del filial madridista.

Hijos, padres y abuelos, ninguno quiso perderse el estreno de Raúl. Sin Kubo ya cedido en el Mallorca y con Rodrygo lesionado, el “mítico 7”, como anunciaron por megafonía cuando repasaron las alineaciones de ambos equipos, acaparaba todas las miradas. Acostumbrado durante años a ser el centro de todas las cámaras sobre un terreno de juego, ahora Raúl lo es desde la banda. “Tiene madera”, decían algunos aficionados en la grada.

Raúl, que antes del encuentro recogió una placa conmemorativa, tenía ganas de ponerse manos a la obra. Con look veraniego, pantalón corto y zapatillas, el madrileño no paró de dar instrucciones a los suyos desde la banda. Quería presión, intensidad, que los suyos se lo dejaran todo sobre el verde igual que lo hacía él no hace tanto tiempo.

Con brazos cruzados, Raúl siguió todo el encuentro de pie, fuera del banquillo. Es así como él vive el fútbol. Inquieto y caminando de un lado a otro de la banda, el ex futbolista sufrió de lo lindo en su primer día. Un gol de Álvaro Sánchez al comienzo de la segunda mitad puso a las Rozas por delante. Tocaba remontada y Raúl, que protagonizó alguna que otra con la camiseta del Real Madrid, animó sin cesar a sus pupilos. Y así llegó el gol del empate. Camuñas puso las tablas en el marcador. Todo el banquillo madridista saltó de alegría tras el tanto menos Raúl que supo mantener la compostura.

El madrileño con el gol no paró de aplaudir a los suyos. Había tiempo para la remontada y lo más difícil ya lo habían conseguido. Sin perder su clase con un balón en los pies, Raúl dejó algún que otro toque en la banda y la grada se lo agradeció con un “Raúl selección”. Mientras cantaban el técnico bebía agua. Hacía muchísima calor y su garganta lo necesitaba.

El encuentro llegó a su fin y en su estreno como entrenador del filial blanco Raúl no pudo conseguir los tres puntos. El Polideportivo Dehesa de Navalcarbón lo despidió como un héroe, pero Raúl quiere más.