Bale le gana a Neymar

Había un agujero en la rodilla de Gareth Bale cuando abandonó Anoeta el sábado por la noche. Cojeaba y los médicos le habían puesto dos puntos. Estaba dañado, estaba herido, pero bastante contento. El futbolista galés ha marcado en los tres últimos partidos. Es decir, de sábado a sábado ha hecho cuatro goles. Está siendo el jugador decisivo que se esperaba, olvidadas ya las lesiones, los problemas musculares y el estrés de todo lo que giraba a su alrededor nada más aterrizar en España. «Es su primer año en una nueva Liga, tiene que adaptarse a una nueva cultura, a un nuevo país y a nuevos compañeros de equipo», explicaba el ex futbolista del Madrid Fernando Hierro en talksport.com. En el vestuario y en el club eran conscientes de eso. El ejemplo más claro era Modric, que también llegó del Tottenham y necesitó una temporada para rendir a su mejor nivel. «Solamente necesita coger confianza. No tiene más problemas», contaba Carlo Ancelotti de Bale a principios de febrero. El once blanco había recibido un golpe en el partido contra el Granada y tuvo que ser sustituido. No jugó esa semana contra el Espanyol en Copa, se perdió el encuentro de San Mamés y tampoco estuvo en la ida de las semifinales de la Copa contra el Atlético. Otra vez faltaba mucho y alguno, entonces, quiso ver ahí otra larga lesión. Pero si no jugaba, en realidad era sólo por precaución. Llegaba el momento cumbre de la temporada y las prisas no ayudaban. Era mejor la paciencia, darle tiempo; tardar más, pero hacerlo bien. «No voy a poner a un jugador con riesgo de lesionarse», decía el entrenador italiano aquellos días. La temporada estaba siendo complicada para el fichaje estrella. Sus números han sido impresionantes casi siempre, pero le faltaba continuidad en el juego. Él iba a poner tiempo y esfuerzo: estuvo entrenándose en una rampa de arena, con una inclinación de 30%. Lo hacía a una velocidad increíble. Estaba poniéndose a punto.

El que más juega

Y desde entonces ha sido el futbolista que más minutos ha jugado. Como Xabi Alonso, ha disputado los 14 partidos del Real Madrid desde el empate en San Mamés, pero el centrocampista descansó la segunda mitad en la vuelta contra el Schalke y no va a jugar por sanción el sábado contra el Almería. Bale, en cambio, no pudo tomarse un respiro en ese día intrascendente porque fue cuando se lesionó Jesé. Estaba en el banquillo y a los ocho minutos saltó al campo.

Bale ya sabe que, sin el canterano, va a descansar poco hasta que acabe la temporada. Quedan seis partidos de Liga, uno de Copa y, si todo va bien, cuatro de Liga de Campeones. Ya le consideran necesario. «Ha sido un jugador clave en ataque con sus goles y sus asistencias, pero es verdad que tiene margen para mejorar y es capaz de hacerlo. Hasta ahora sus actuaciones han sido buenas», continuaba Hierro. «Creo que los aficionados del Real Madrid están muy contentos con el nivel de Bale en el Madrid». Se fue del último partido del Bernabéu aplaudido por una grada que lo miraba desconfiada como ha hecho casi siempre que ha llegado un futbolista de calidad. Eso se ha olvidado. Además, Bale se siente bien físicamente y ha encontrado el punto de conexión que le faltaba con sus compañeros. «Es un jugador muy importante para nosotros, que lo está haciendo muy bien», dice su amigo Modric, su mejor apoyo en el vestuario. Hasta ahora parecía algo desenganchado del juego colectivo, pero se entiende bien con Carvajal y baja para tapar su lado.

Bale está viviendo un continuo examen, en el que parece que oposita con Neymar para ser el mejor fichaje de la temporada. Si el galés empezó algo más dubitativo, está acabando mucho mejor que el brasileño. Neymar se desdibuja ante Messi y ante todos los líos sobre lo que finalmente el Barcelona pagó por él. Ahí, el madridista cuenta con ventaja: el club blanco nunca ocultó que iba a gastar mucho dinero en el galés, porque pensaba que lo merecía. Al Barcelona le está saliendo caro presumir de fichar barato a un futbolista que no lo era. Mientras a Neymar las circunstancias le han ido pasando a segundo plano, a Bale le han hecho más fuerte. «Tiene una zurda muy limpia, una velocidad increíble, y tiene el don de ser determinante, sus goles hablan por sí mismos en su primer año, tras sus problemas físicos, está haciendo un trabajo extraordinario», explicó Pardeza.

Hasta el sábado, el galés nunca había disputado 14 partidos consecutivos con el Real Madrid. Se lo impidieron los problemas musculares. Ahora tiene la continuidad que buscaba y que no podía encontrar. Está jugando en la banda derecha desde el principio, pero se cambia muchas veces al otro lado. Da la impresión de que no se siente incómodo en ningún lugar. El sábado, sin Cristiano Ronaldo, sabía que le iba a tocar asumir mayor responsabilidad. No le importó. Aprovechó el error de Bravo para sumar otro gol desde fuera del área.

Jugó, marcó y se fue con mucho dolor en la pierna, pero no preocupado. Está en su momento. Ayer se levantó, era abril y el cielo estaba azul. No suele ser habitual en Inglaterra, donde vivía. Hizo una foto: «Beautiful day in Madrid. Time to relax (Bonito día en Madrid. Tiempo de relax»), escribió.