NBA
Baloncesto sin fronteras
La NBA impulsa programas internacionales en busca de las estrellas del futuro y de adelantar al fútbol como primera opción de los jóvenes
La NBA impulsa programas internacionales en busca de las estrellas del futuro y de adelantar al fútbol como primera opción de los jóvenes.
Joel Embiid nunca soñó con ser una estrella de la NBA. Los niños en Camerún querían ser Samuel Etoo antes que Kobe Bryant, y aquel que prefería un aro antes que una portería tenía que escuchar aquello de: «¿Qué haces? Aquí nadie juega al baloncesto». Por eso, Thomas Embiid, el padre del ahora pívot de los Sixers y número tres del Draft de 2014, ya tenía decidido que para aprovechar los 2,13 metros de estatura y la rapidez de movimientos, su hijo sería jugador profesional de voleibol. Y a eso estaba encaminado Joel hasta que uno de los programas de la NBA para captar talento joven en todo el mundo se cruzó en su camino.
La Liga estadounidense ha extendido, especialmente en lo que va de siglo, una amplia red de campus y academias que se extiende desde Senegal hasta China pasando por varias ciudades de India. La siguiente estrella del baloncesto puede estar en cualquier parte y el objetivo de la NBA es adelantar al fútbol en cuanto a ser la primera opción de los chicos que muestran aptitudes para el deporte. Para resumirlo en una frase, de lo que se trata es de que los niños boten y tiren a canasta antes de chutar a portería, que cojan el balón naranja antes del de fútbol. Para eso funciona desde 2001 el Baloncesto sin Fronteras (Basketball Without Borders) que hizo posible «rescatar» a Embiid. A los 16 años no había jugado jamás al baloncesto, pero se cruzó en su vida un campus de la NBA. Fue en 2011 cuando a Luc Mbah a Moute, jugador de los Clippers y que fue captado en la edición de 2003, le llamaron la atención las condiciones de aquel chico de Yaundé.
Nadie en la familia Embiid se había planteado tener en casa a una estrella de la NBA y el propio Joel dudaba de que fuera capaz ni siquiera de jugar un partido aficionado. Se decidió a aceptar el reto, utilizó vídeos de Hakeem Olajuwon para aprender e imitar movimientos bajo el aro y el talento hizo el resto. Tres años después de su primer encuentro con el baloncesto era seleccionado como tercera opción en el Draft. Quizá por no haber empezado de muy pequeño a practicar este deporte, las lesiones han lastrado su arranque en la Liga, pero a pesar de todo lo que su cuerpo se queja y de no poder jugar muchos partidos seguidos hasta ahora, su importancia en los Sixers es incuestionable y lo lógico es que acabe siendo uno de los pívots dominantes en el futuro.
Hasta 46 jugadores que han participado en el Baloncesto sin Fronteras han acabado siendo drafteados, incluido Marc Gasol, que tuvo como profesor a su hermano Pau (imagen principal). A los Gasol, como a Claver, Mirotic o Willy Hernangómez no hizo falta ir a buscarlos a ninguna aldea perdida africana ni convencerles de que podían triunfar en el baloncesto, pero sí que estos campus les sirvieron como el primer contacto real con el universo NBA.
Una galaxia cada vez más cercana para los jugadores internacionales, algo de lo que se encargan las «NBA Academy», seis centros de entrenamiento de élite para las futuras promesas tanto masculinas como femeninas. Incluye la formación académica además de la deportiva, en la apuesta más fuerte desde el punto de vista de inversión que la NBA hace en este sentido. En la academia de Senegal se ofrecen becas de escolarización a los 12 mejores jugadores de toda África, seleccionados para ser formados como personas y como deportistas.
En el proyecto en India se trabaja con 21 jugadores, salidos de un casting realizado previamente por todo el país. Los ex jugadores y las estrellas actuales colaboran en estos programas, porque el trabajo en la NBA no se limita únicamente a los partidos y los entrenamientos. Hay mucho que hacer fuera de la pista, desde actos benéficos a acciones en favor de la comunidad.
Embiid, Nowitzki y Porzingis fueron los encargados de dirigir el Basketball Without Borders 2017, la semana pasada en Johannesburgo, antes del África Game, el segundo partido NBA que se disputa en suelo africano.
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