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75 82. Líder histórico

Ante el Valencia y en el partido en el que se vio más exigido, el Madrid igualó su récord de 23 victorias

El ala pivot del Real Madrid Felipe Reyes lanza a canasta ante el pivot del Valencia Basket JuanJo Triguero
El ala pivot del Real Madrid Felipe Reyes lanza a canasta ante el pivot del Valencia Basket JuanJo Triguerolarazon

Hay partidos que ayudan a comprender la dimensión de un equipo. O de los dos. Así fue la victoria del Real Madrid en Valencia. Los de Laso igualaron el histórico récord de Ferrándiz en la temporada 1960/61: 23 victorias y cero derrotas. Asombroso cuando el calendario está sobrecargado de partidos y todas las competiciones se han igualado. El Valencia puso más dificultades que cualquier otro rival en España y en Europa. En Valencia hay equipo para pensar en retos importantes, para pelear por bastante más que evitar un récord de un equipo que se sintió más exigido que nunca, pero que respondió con la fiabilidad habitual.

El Madrid se topó por primera vez con un equipo que le hizo mucho daño en muchas posiciones y durante muchos minutos. En tres cuartos no pudo llevar la iniciativa. La culpa no fue suya. Todo el mérito fue del Valencia. Con un equipo tan agresivo como el mejor Real Madrid, dominó con autoridad. Fue muy agresivo en el rebote ofensivo, encontró muchas segundas oportunidades y las aprovechó casi siempre. Perasovic disfrutaba al ver cómo todos sus jugadores sumaban. El Madrid se topó con un tsunami en los dos primeros cuartos. Las desventajas pronto alcanzaron los diez puntos (18-8, min 8) y se dispararon hasta una máxima de 15 (45-30). El Madrid hubo momentos en los que se sintió desbordado por la intensidad mostrada en cada metro cuadrado de la cancha por los locales.

El partido cambió en el tercer cuarto porque al Madrid no le quedó más que aplicarse con idéntico esfuerzo delante y detrás. Para incomodar los ataques valencianos desde el principio apareció Draper; para asumir responsabilidades en ataque llegaron Mirotic y, sobre todo, Rudy. El partido del alero fue uno de esos por los que se supone que llegó al Madrid. Influyó en todas las acciones importantes que sucedieron en los últimos 20 minutos. Se destapó con 13 puntos en el tercer cuarto y su acierto no le impidió trabajar atrás como el que más. Fue el factor desequilibrante que necesitaba el equipo. La ayuda de Mirotic, que se vio superado por el clima del partido en la primera parte, y Carroll bastó para que a cinco minutos del final el líder asumiera el control. Y no lo soltó. Por si faltaba algo, Rudy y Sato se dejaron un par de recados futboleros: tú me zancadilleas y yo te doy una patadita. El Madrid ganó una batalla histórica, pero la guerra entre el Real y el Valencia no ha hecho más que empezar.