Baloncesto

Baloncesto

El Madrid sigue con hambre

Laso presume de dos cosas: de la ambición de un grupo que ya lo ha ganado todo y de un estilo reconocible y admirado en Europa.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (2i), junto al base Sergio Llull (3d) y los jugadores Ayón, Maciulis, Randolph y Othello Hunter (i-d), posa para la foto de familia con el trofeo durante el homenaje que han recibido los jugadores del Real Madrid de baloncesto en la sede de la Comunidad
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (2i), junto al base Sergio Llull (3d) y los jugadores Ayón, Maciulis, Randolph y Othello Hunter (i-d), posa para la foto de familia con el trofeo durante el homenaje que han recibido los jugadores del Real Madrid de baloncesto en la sede de la Comunidadlarazon

Laso presume de dos cosas: de la ambición de un grupo que ya lo ha ganado todo y de un estilo reconocible y admirado en Europa.

Si a Pablo Laso le dicen en el verano de 2011 que a estas alturas iba a seguir siendo entrenador del Real Madrid y que en su palmarés iban a figurar 13 títulos (una Euroliga, tres Ligas, cinco Copas, tres Supercopas y una Copa Intercontinental) se lo hubiese tomado a broma. Cuando llegó al Madrid apostaban por él Juan Carlos Sánchez, el responsable de la sección, y Alberto Herreros, director deportivo y amigo íntimo del que era nuevo técnico. Costaba encontrar a alguien más en el club que apoyara la opción de un entrenador sin nombre en Europa. El vitoriano está en el ecuador de su sexta temporada en el club y en el palmarés blanco ya sólo tiene por delante a dos leyendas como Pedro Ferrándiz (27 títulos) y Lolo Sainz (24).

Laso no es muy de presumir, pero si puede hacerlo de algo es de que la gente se haya reenganchado al equipo más laureado del baloncesto europeo. «Lo que más me enorgullece es que reconozcan nuestro estilo, nuestra forma de jugar como ya ha sucedido en algunos viajes de la Euroliga cuando otros técnicos nos lo han comentado», dice con cierto orgullo. El «otro» mérito es haber formado un grupo de jugadores que 13 títulos después y habiendo disputado 17 finales de 23 posibles no se cansa de ganar. «Mis chicos», como él siempre los define, se han convertido en los jefes del baloncesto en la segunda década del siglo XXI.

«Mi equipo ha crecido en muchas cosas desde que llegué. Hay jugadores que van entrando y van entendiendo lo que es el Real Madrid y el equipo mantiene el hambre de ser mejores cada día. Hay tipos con 36-37 años que juegan con la ilusión de Doncic. Eso es algo que se lleva dentro del equipo y que habla muy bien de ellos», asegura el técnico. Esos tipos a los que se refiere son jugadores con nombre propio como Felipe Reyes y Andrés Nocioni, dos de los «tutores» en la plantilla del adolescente esloveno que cumplirá 18 años la próxima semana. El capitán fue padre por segunda vez horas antes de la final. Viajó a Madrid para conocer a Axel, regresó a Vitoria, salió en el quinteto titular y levantó la Copa. El «Chapu» personaliza como nadie el carácter del equipo. «No hay un jugador como él en el mundo», asegura el técnico. Los compañeros de la plantilla son de la misma opinión. Él se definió en LA RAZÓN como «el obrero de cualquier fábrica». Un obrero especializado en no perder finales y dar un plus al equipo con actuaciones increíbles con muy poco tiempo en cancha. En toda la Copa jugó menos de 23 minutos y con él en pista el parcial favorable al Real Madrid fue +35. Llegó en 2014 para aportar todo su coraje, su contrato acaba en junio y... en noviembre cumplirá 38 años. Él confiesa que sigue teniendo hambre de títulos. Ésa es la virtud que hace más grande a un grupo en el que casi todas sus piezas decisivas tienen 29 o más años.

La celebración del título con las tradicionales visitas a las instituciones madrileñas sirvió para que el equipo se reafirmase en sus principios: quieren más y lo buscarán con un estilo inconfundible. La pasada edición de la Copa fue la más anotadora de los últimos 20 años y el Madrid rozó los 100 puntos por partido. Por eso Florentino Pérez alabó a Laso y a sus jugadores. Para el presidente el actual equipo se emparenta con las formaciones más legendarias del baloncesto blanco: «Has sabido transmitir un baloncesto que se identifica con el que siempre nos emocionó a lo largo de nuestra historia– refiriéndose a Laso– y has sido capaz de conseguir el máximo compromiso de todos estos magníficos jugadores». El presidente estaba tan orgulloso como en Vitoria. La mañana del domingo presenció la final de la Minicopa que ganó el Real Madrid por quinta edición consecutiva. Se hizo decenas de fotos con aficionados de todos los equipos y luego llegó la victoria en la Copa de verdad que ayer ofreció junto a toda la plantilla a las instituciones madrileñas. Cristina Cifuentes y Manuela Carmena coincidieron en las alabanzas a un equipo que está haciendo historia. La presidenta de la Comunidad, después de confesar que su corazón «no podía ser más blanco» bromeó con que daba suerte al equipo y todo ello enfundada en una camiseta con el dorsal número uno. Carmena, sin la camiseta, calificó de «orgullo enorme y enseñanza constante los títulos del Madrid». Los jugadores, de forma unánime, están convencidos de que no será la última visita de la temporada.