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¡Viven!

La actuación de los «Sergios» y la defensa dan una victoria agónica a España. Polonia, en octavos

Con este rebote de Pau Gasol después del error en el tiro libre de Schröder, España selló su triunfó ante Alemania y su pase a octavos de final
Con este rebote de Pau Gasol después del error en el tiro libre de Schröder, España selló su triunfó ante Alemania y su pase a octavos de finallarazon

España ganó su primera final. Para llegar a los Juegos, el objetivo que se fijó por unanimidad al comienzo del torneo, habrá que ganar tres más. El primer obstáculo en octavos será mañana Polonia.

España ganó su primera final. Para llegar a los Juegos, el objetivo que se fijó por unanimidad al comienzo del torneo, habrá que ganar tres más. El primer obstáculo en octavos será mañana Polonia. En el horizonte de cuartos se divisa a Grecia; en unas hipotéticas semifinales, Francia... Es mirar demasiado lejos. La Selección marcha por la parte más exigente del cuadro, pero después de lo visto en la primera fase no merecía unos cruces más amables. España se deshizo de Alemania y jubiló a Nowitzki en un partido que tuvo ganado varias veces y que casi desemboca en una prórroga. España mandaba por trece en el arranque del último cuarto (50-63, min 33); por siete a dos minutos de la conclusión (66-73) y sólo un error en un tiro libre de Schröder a tres segundos del final permitió al grupo de Scariolo quitarse la soga del cuello. «Hemos dado un paso adelante», aseguraba Pau con el susto todavía en el cuerpo. Él fue el que atrapó el rebote después del error del base alemán y con el que cerró un partido a vida o muerte en el que sobrevivió la Roja.

Con un torneo que se ha convertido en una montaña rusa para muchas selecciones, España cuajó su partido más regular en el primer momento de verdad. No había margen de error y enfrente estaba una Alemania cuyas dos armas principales eran el base de los Hawks y los 13.000 alemanes del Berlín Arena. En España había preocupación por el papel de los árbitros. No hubo objeciones. La Selección se preocupó de jugar y fue soltándose poco a poco. Apareció atenazada y el partido fue tan espeso como quiso Alemania. El encargado de desengrasarlo fue el «Chacho» Rodríguez. Al base del Real Madrid se le esperaba desde hace días. Su torneo estaba manchando su reputación hasta que ayer se marcó uno de esos partidos que se han convertido en habituales cuando viste de blanco. Con el «Chacho», España no es que se desmelenara. Alemania permite pocas alegrías, pero al menos el equipo mostró una frescura que un día como ayer era una brisa de aire fresco en medio del bochorno. El «Chacho» aportó más puntos que dirección y fue el mejor peón para el ímprobo trabajo de Pau hasta el descanso. Gasol fue el martillo pilón habitual, pero a la Selección le costaba un mundo encadenar varias acciones positivas en ambos lados de la cancha. Por eso y porque Schröder va para figura las diferencias fueron mínimas. Nadie se pudo estirar más allá de la media docena de ventaja hasta el descanso. España necesitaba más y entonces apareció otro al que se venía reclamando también desde el principio. Llull fue decisivo delante y atrás.

Llull lleva siete veranos en la Selección y hasta ahora ha sido un secundario. Las bajas le han obligado a dar un paso al frente y ayer lo dio. Está obligado a ser tan importante como lo es en su club. Y ayer lo fue. Después del descanso se atrevió a ir más allá de frenar a Schröder. También decidió mirar el aro y con su primera canasta en juego, España despegó (44-51, min 25). Con los dos «Sergios» la vida de la Selección es otra. Su talento ofensivo multiplica las opciones del equipo y descarga de responsabilidad a Pau. Con Llull y el «Chacho» produciendo Alemania se despeñó al comienzo del último cuarto, pero... tal y como lleva España el torneo no podía ser tan fácil como llegar a los últimos minutos mandando por más de diez puntos. España se atascó. Volvió Gasol, pero el equipo empezó a leer mal la defensa alemana y los anfitriones comenzaron a anotar con regularidad. Lo que no habían hecho antes. Las apariciones esporádicas del «Chacho» y la seguridad en los tiros libres de Llull pudieron con la desesperación con la que Alemania rozó el milagro. Schröder, después de anotar dos tiros libres, falló el tercero, con lo que el sueño de Río todavía es posible.